La homocisteína como marcador de riesgo cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. La identificación de marcadores confiables para la evaluación del riesgo cardiovascular es crucial para la detección temprana, la prevención y el manejo efectivo de esta compleja afección. En los últimos años, la homocisteína ha ganado atención como un biomarcador potencial para el riesgo cardiovascular. Este artículo explora el papel de la homocisteína como marcador de dicho riesgo, centrándose en su importancia biológica y resumiendo la importante investigación relevante existente hasta hoy. Además, haremos un aporte acerca de uno de nuestros productos, que podría proveer una ayuda importante.
Entendiendo la homocisteína
La homocisteína es un aminoácido derivado del metabolismo de la metionina, que es un aminoácido esencial obtenido de fuentes dietéticas. Según la ruta metábolica que entre en juego, la homocisteína se convierte en cisteína a través de la vía de transsulfuración o se resintetiza hacia metionina a través de la vía de la remetilación. El metabolismo defectuoso de la metionina puede aumentar los niveles de homocisteína y las concentraciones elevadas en suero o plasma de este aminoácido, que contiene azufre, aumentan el riesgo cardiovascular.
La hiperhomocisteinemia se ha asociado fuertemente con un mayor riesgo cardiovascular al causar disfunción endotelial a través de la inducción de la inflamación y el estrés oxidativo. Las concentraciones de homocisteína pueden aumentar principalmente como resultado de defectos genéticos específicos de las enzimas responsables de su metabolismo, así como deficiencias de cofactores involucrados en esta vía, como las vitaminas B6, B12 y ácido fólico. Tales deficiencias son secundarias a la ingesta o absorción reducida y al uso de medicamentos específicos. https://doi.org/10.1177/1179573520962230
Homocisteína y riesgo cardiovascular
Numerosos estudios epidemiológicos han establecido un estrecho vínculo entre los niveles elevados de homocisteína y la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los mecanismos subyacentes y la relación causal entre la homocisteína y la ECV aún se siguen estudiando. La investigación ha explorado la asociación entre la homocisteína y varios aspectos del riesgo cardiovascular, arrojando luz sobre su potencial como marcador predictivo. Los actuales parámetros predictivos de riesgo cardiovascular específico señalan que un nivel plasmático elevado de homocisteína aumenta significativamente la incidencia de daño vascular tanto en vasos pequeños como grandes.
En el año 1997, se realizó en Europa un estudio muy importante para establecer la magnitud del riesgo de ECV asociado con un nivel elevado de homocisteína plasmática y examinar los efectos de interacción entre éstos y los factores de riesgo convencionales. El resultado fue que un nivel plasmático elevado de homocisteína total confiere un riesgo independiente de enfermedad vascular similar al del tabaquismo o la hiperlipidemia y este riesgo aumenta poderosamente cuando se asocia con hipertensión. DOI: 10.1001/jama.1997.03540460039030
La homocisteína puede promover la disfunción endotelial, el estrés oxidativo, la inflamación y la trombosis, todo lo cual contribuye al desarrollo y progresión de la aterosclerosis. Además, los niveles elevados de homocisteína pueden afectar la función de las células endoteliales vasculares, interrumpir la producción de óxido nítrico y provocar rigidez arterial e hipertensión.
En otro estudio realizado en 2020, se intentó determinar la relación entre los elevados niveles de homocisteína y la enfermedad arterial periférica. El resultado obtenido ratificó los estudios existentes anteriormente y recalcó el efecto conjunto de la alta concentración de homocisteína y los factores de riesgo cardiovascular tradicionales como el tabaquismo, la diabetes y el envejecimiento sobre la incidencia de la enfermedad arterial periférica. DOI: 10.2147/DMSO.S267122
Perspectivas
Si bien los ensayos clínicos han proporcionado información valiosa sobre la relación entre la homocisteína y el riesgo cardiovascular, es importante tener en cuenta que sirven principalmente como ejemplos en nuestra investigación durante la elaboración de este artículo. No obstante, estos importantes hallazgos contribuyen a una mejor comprensión del papel de la homocisteína en la ECV.
Así y todo, el impacto de la terapia de reducción de la homocisteína en los resultados cardiovasculares ha sido inconsistente, por lo que es importante considerar los beneficios potenciales del manejo de los niveles de este marcador. Las modificaciones en el estilo de vida, incluida una dieta saludable rica en vitaminas B (folato, vitamina B6 y vitamina B12), pueden ayudar a mantener niveles óptimos de homocisteína. Además, los individuos con ciertas variaciones genéticas pueden tener una mayor predisposición a la hiperhomocisteinemia y pueden beneficiarse de intervenciones personalizadas. DOI: 10.1055/s-2000-8101
Si bien la homocisteína no se recomienda actualmente como un marcador independiente para la evaluación del riesgo cardiovascular, puede tener utilidad en combinación con otros factores de riesgo establecidos. La evaluación de los niveles de homocisteína junto con los factores de riesgo tradicionales como la edad, el tabaquismo, la presión arterial, el perfil lipídico y los antecedentes familiares puede proporcionar una evaluación más completa del riesgo cardiovascular de un individuo.
Posibles intervenciones
Los suplementos reductores de homocisteína a menudo contienen nutrientes como ácido fólico, vitamina B6 y vitamina B12, que están involucrados en su metabolismo. Estos suplementos se recomiendan comúnmente a personas con niveles elevados de homocisteína o aquellos con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Si bien los beneficios específicos de tomar dos cápsulas diariamente de Active Homocystrol+TMG no se pueden discutir, es bueno indagar un poco más acerca de los beneficios.
Uno de ellos es el mantenimiento del correcto funcionamiento de su metabolismo y de los procesos metabólicos que requieren donación de grupos metilo. La remetilación de homocisteína a metionina requiere ácido fólico en su forma activa 5-methyl TFH. Para obtener 5-methyl TFH se necesita el gen MTHFR como catalizador y riboflavina como cofactor. Una vez en su forma activa, los folatos pueden ceder su grupo metilo a la homocisteína, permitiendo el proceso de remetilación. Este proceso es catalizado por el gen MS y requiere metilcobalamina como cofactor. Una vía alternativa para que se produzca la remetilación a metionina es a partir de la degradación de betaína mediante el gen BHTM. La betaína se puede obtener a partir de la dieta o bien a partir de la oxidación de colina.
Se ha planteado fuertemente la hipótesis de que la reducción de los niveles de homocisteína tiene beneficios cardiovasculares. Si bien el impacto directo en los resultados cardiovasculares sigue siendo estudiado, se sugiere que la reducción de los niveles de homocisteína puede ayudar a mejorar la función endotelial, reducir la inflamación y mejorar la salud vascular. Estos efectos podrían contribuir potencialmente a una disminución del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad arterial coronaria y el accidente cerebrovascular.
Los suplementos reductores de homocisteína pueden complementar de forma sinérgica otras estrategias intervencionistas de reducción del riesgo cardiovascular. Se pueden usar junto con modificaciones en el estilo de vida, incluida una dieta saludable, la práctica de ejercicio regular y la cesación definitiva del tabaquismo. La combinación de estas intervenciones puede proporcionar un enfoque más integral para controlar los factores de riesgo cardiovascular.
En algunos individuos se puede observar variaciones genéticas que los predisponen a niveles más altos de homocisteína. En tales casos, los suplementos reductores pueden ser particularmente beneficiosos. Estos suplementos pueden ayudar a compensar la actividad enzimática deteriorada y ayudar a mantener niveles óptimos de homocisteína, reduciendo así el riesgo cardiovascular asociado.
Es importante tener en cuenta que antes de comenzar cualquier nuevo régimen de suplementos, se recomienda consultar con un profesional de la salud para que pueda evaluar su estado de salud individual, la idoneidad de los suplementos y proporcionar recomendaciones personalizadas basadas en sus necesidades específicas.
Conclusión
La homocisteína ha surgido últimamente con mayor énfasis como un marcador potencial de riesgo cardiovascular, con niveles elevados asociados con una mayor susceptibilidad a las ECV. Aunque los ensayos clínicos han proporcionado resultados mixtos con respecto al impacto de la terapia de reducción de la homocisteína en los resultados cardiovasculares, la importancia biológica de la homocisteína en el desarrollo y la progresión de la aterosclerosis justifica una mayor investigación y posibles intervenciones.
Active Homocystrol+TMG colabora al aportar nutrientes específicos que están ampliamente demostrados como útiles en las rutas metabólicas del descenso de la homocisteinemia.