Cómo fortalecer el cabello y evitar la caída estacional – Parte I

El otoño trae consigo días más cortos, temperaturas más suaves… y, para muchos, un aumento visible de la caída del cabello. Es lo que se conoce como caída estacional, un …
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El otoño trae consigo días más cortos, temperaturas más suaves… y, para muchos, un aumento visible de la caída del cabello. Es lo que se conoce como caída estacional, un fenómeno tan habitual como preocupante que suele intensificarse entre septiembre y noviembre.
Esta caída es un proceso natural, pero que puede agravarse por diversos factores ambientales, hormonales y nutricionales.

Pero la buena noticia es que fortalecer el cabello y evitar la caída es posible si comprendemos sus causas y actuamos desde un enfoque integral: nutrición, estilo de vida y apoyo con ingredientes de eficacia probada.

En este artículo descubrirás por qué se cae el cabello, cómo fortalecer el cabello y evitar la caída mediante vitaminas, minerales, extractos naturales y tratamientos que ayudan a recuperar su densidad, brillo y vitalidad.

Causas de la caída del cabello en otoño

Tras meses de sol, sal y viento, el cabello suele llegar al otoño más frágil, seco y quebradizo. Además, el estrés postvacacional, los cambios en la rutina y una alimentación menos equilibrada pueden afectar el ciclo de crecimiento capilar y favorecer la caída de pelo.
Muchas personas se preguntan cómo fortalecer el cabello y evitar la caída durante esta época de caída de pelo, en la que los factores ambientales y hormonales juegan un papel importante.

Cada cabello que queda en el cepillo tiene detrás una historia biológica fascinante. El pelo no se cae “sin motivo”, sino que responde a ciclos perfectamente orquestados por el organismo. Sin embargo, ciertos factores, sobre todo durante la transición del verano al otoño, pueden alterar ese equilibrio y provocar una pérdida más evidente. A continuación, se presentan algunas de las principales causas de la caída del cabello en otoño.

Factores ambientales

Durante el verano, el cabello sufre una exposición intensa al sol, cloro y sal marina, lo que daña la cutícula y elimina los lípidos naturales del cuero cabelludo. Esto deja el pelo seco, frágil y propenso a romperse. Estos factores se encuentran entre las principales causas de la caída del cabello durante la época de caída de pelo. Protegerlo, hidratarlo y usar productos reparadores es clave si buscas cómo fortalecer el cabello y evitar la caída.

Estrés físico y emocional postvacacional

El regreso a la rutina y el estrés elevan el cortisol, acortando la fase de crecimiento del cabello. Esto puede generar una caída de pelo temporal conocida como efluvio telógeno. Aunque reversible, conviene cuidar la alimentación y la salud emocional para evitar que se prolongue.

Déficit nutricional: un enemigo silencioso

El cabello es un tejido de crecimiento rápido que demanda una gran cantidad de nutrientes. Cuando la dieta no aporta suficientes proteínas, vitaminas del grupo B, hierro, zinc o ácidos grasos esenciales, el organismo prioriza funciones vitales y “ahorra” recursos en estructuras no esenciales como el pelo o las uñas.

Los bajos niveles de ferritina o vitamina D3 son causas de la caída del cabello frecuentes, sobre todo en mujeres. Mantener una nutrición equilibrada es esencial para saber cómo fortalecer el cabello y evitar la caída.

Cambios hormonales y microbiota del cuero cabelludo

Las variaciones hormonales (posparto, menopausia o anticonceptivos) y el exceso de dihidrotestosterona DHT pueden provocar adelgazamiento capilar. Además, el uso de productos agresivos altera la microbiota del cuero cabelludo, debilitando el anclaje del cabello y favoreciendo la caída de pelo.

Factores ambientales y ritmo circadiano

Con la llegada del otoño disminuyen las horas de luz y los niveles de melatonina, serotonina y prolactina, hormonas que regulan el crecimiento capilar. Esta alteración contribuye a la caída de pelo estacional propia de esta época del año.

En resumen, la caída de pelo en otoño no tiene una única causa, sino que responde a la suma de factores ambientales, hormonales, emocionales y nutricionales. Entenderlos es el primer paso para actuar con inteligencia y evitar tratamientos improvisados

Ciclo capilar: entender cómo crece y se renueva el cabello

Para comprender cómo fortalecer el cabello y evitar la caída, primero hay que conocer su propio ritmo biológico. El cabello no crece de forma continua, sino que sigue un ciclo capilar dividido en tres fases: anágena, catágena y telógena. Cada una cumple una función precisa en el crecimiento, reposo y caída del pelo.

1. Fase anágena: el crecimiento activo

Es la etapa más larga del ciclo y puede durar entre dos y seis años. Durante este periodo, el folículo piloso se encuentra en plena actividad: las células de la matriz capilar se dividen rápidamente y generan un tallo fuerte y pigmentado. Aproximadamente el 85-90 % del cabello de una persona sana se encuentra en esta fase. Cuanto más prolongada sea la anágena, mayor longitud y densidad tendrá el cabello.

2. Fase catágena: transición

Dura entre dos y tres semanas. Aquí el folículo detiene su actividad y se separa de la papila dérmica, una estructura rica en vasos sanguíneos que nutre la raíz. Es una etapa breve pero esencial, pues prepara al folículo para el descanso.

3. Fase telógena: reposo y caída

En esta fase el cabello ya formado permanece anclado durante unos tres meses, hasta que un nuevo folículo en crecimiento lo empuja hacia afuera. La caída normal se sitúa entre 100 y 200 cabellos al día, una cifra que puede aumentar en los meses de otoño sin que necesariamente implique un problema patológico.

Cuando la pérdida de cabello supera esa cantidad o se prolonga por más de tres meses, es recomendable investigar posibles causas subyacentes, que pueden incluir deficiencias nutricionales, desequilibrios hormonales o estrés crónico. En esta etapa, la intervención con nutrientes clave y tratamientos de apoyo puede ser fundamental para detener la caída y estimular la fase de crecimiento.

Nutrientes y vitaminas clave para frenar la caída

El folículo piloso es un tejido metabólicamente muy activo. Necesita un suministro constante de nutrientes, oxígeno y antioxidantes para mantener su estructura y capacidad de crecimiento. Diversos estudios han confirmado que las deficiencias nutricionales se encuentran entre las causas más comunes de caída difusa del cabello, especialmente en mujeres jóvenes y en etapas de estrés o dietas restrictivas.
Veamos cuáles son los nutrientes más importantes y qué tomar para la caída del cabello de forma segura y efectiva.

1. Vitaminas del grupo B: biotina, B12, niacina y ácido fólico

Las vitaminas del grupo B son esenciales para la salud del folículo. Participan en la síntesis de queratina, la proteína estructural del cabello, y en la producción de energía celular.

Biotina (B7): favorece la formación de queratina y mejora la resistencia del tallo. Su déficit, aunque poco común, se asocia con cabello frágil, dermatitis y pérdida de brillo.

Vitamina B12 y ácido fólico: fundamentales para la división celular y el transporte de oxígeno. Bajos niveles se relacionan con caída difusa y retraso en el crecimiento.

Niacina (B3): mejora la microcirculación del cuero cabelludo, facilitando el aporte de nutrientes al folículo.

Una revisión publicada en Journal of the American Academy of Dermatology (2022) destaca que el déficit de biotina y folatos puede contribuir a efluvios crónicos, y que la suplementación en pacientes con carencias mejora significativamente la densidad capilar. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jaad.2020.04.123

2. Vitamina D3: el regulador silencioso del ciclo capilar

La vitamina D3 actúa sobre los queratinocitos y los receptores del folículo piloso, ayudando a mantener su ciclo normal. Estudios recientes han demostrado que niveles bajos de vitamina D se asocian con diversas formas de alopecia, tanto androgenética como areata.
Su acción inmunomoduladora y antiinflamatoria también protege frente a microinflamaciones locales que pueden debilitar la raíz. DOI: https://doi.org/10.3389/fnut.2024.1479337

Por ello, mantener valores séricos adecuados —idealmente entre 40 y 60 ng/ml— es una de las estrategias más eficaces para fortalecer el cabello y evitar la caída en otoño, cuando la exposición solar disminuye.

3. Minerales esenciales: zinc, cobre, selenio y yodo

Los minerales son cofactores indispensables en numerosas reacciones enzimáticas del folículo piloso:

  • Zinc: interviene en la síntesis de proteínas y en la reparación tisular. Su déficit provoca alteraciones en el crecimiento y pérdida difusa del cabello.
  • Cobre: participa en la formación de melanina, manteniendo el color y brillo natural.
  • Selenio: actúa como antioxidante junto al glutatión peroxidasa, protegiendo al folículo frente al estrés oxidativo.
  • Yodo: necesario para la función tiroidea, que regula el metabolismo general y el ritmo del ciclo capilar.

Una dieta rica en frutos secos, mariscos, legumbres y cereales integrales suele cubrir estos requerimientos, aunque en muchos casos puede ser útil recurrir a complementos formulados específicamente para el cuidado capilar.

4. Antioxidantes: escudo frente al estrés oxidativo

El estrés oxidativo —causado por la sobreproducción de radicales libres— daña el ADN y las membranas de las células del folículo. Los antioxidantes neutralizan este proceso y prolongan la fase anágena. Entre los más eficaces destacan la vitamina E, la vitamina C y los polifenoles del té verde o de la uva, que mejoran la microcirculación y reducen la inflamación perifolicular.

El ácido ascórbico (vitamina C) además facilita la absorción de hierro, otro mineral esencial para la oxigenación capilar. Su presencia conjunta con flavonoides vegetales potencia el efecto protector del cuero cabelludo.

5. Ácidos grasos esenciales: omega 3 y omega 6

Los ácidos grasos esenciales son componentes estructurales de la membrana celular y poseen propiedades antiinflamatorias. El omega 3 (EPA y DHA) ayuda a regular la producción de sebo, mejora la elasticidad del cuero cabelludo y favorece la oxigenación de los folículos.

Una investigación publicada en JAMA Dermatology (2022) demostró que mujeres que tomaron suplementos combinados de omega 3, omega 6 y antioxidantes durante seis meses experimentaron un aumento significativo en la densidad y grosor del cabello. DOI: 10.1001/jamadermatol.2022.4867

Por tanto, una estrategia eficaz para fortalecer el cabello y evitar la caída debe incluir fuentes de grasas saludables: pescado azul, nueces, semillas de lino y aceites vegetales prensados en frío.

6. Hierro y ferritina: oxígeno para la raíz

El hierro es esencial para el transporte de oxígeno a las células del folículo. Una ferritina sérica por debajo de 30 ng/ml se asocia a caída difusa, especialmente en mujeres en edad fértil.
Su déficit puede deberse a menstruaciones abundantes, dietas pobres en proteínas o alteraciones digestivas. En estos casos, la corrección del hierro —junto con vitamina C y folatos— resulta clave para reactivar la fase de crecimiento.

En conjunto, estos nutrientes conforman el núcleo de un plan eficaz para frenar la caída del cabello y estimular su regeneración. Pero los suplementos no actúan solos: su eficacia depende de un entorno metabólico saludable, una correcta digestión y un estilo de vida que reduzca el estrés oxidativo.

Desde Salengei, recomendamos complementar la alimentación con fórmulas específicas como Active Capilar Plus, que combina vitaminas del grupo B, vitamina D3, zinc, selenio y extractos naturales que nutren la raíz desde el interior.

En la segunda entrega del blog ‘Cómo fortalecer el cabello y evitar la caída estacional‘ de Salengei conocerás los ingredientes naturales más efectivos para estimular el crecimiento capilar, cómo actúan y qué evidencia científica respalda su uso, junto con estrategias de estilo de vida y cuidado diario.

Consulta siempre con un profesional de la salud antes de incorporar suplementos.

Este contenido está disponible sólo para profesionales

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