SISTEMA INMUNOLÓGICO. Lo que debes saber para comprenderlo y como mejorarlo.
Mucho se ha hablado últimamente acerca del sistema inmunológico. Sin lugar a duda y con el tema de la covid-19, es, ahora más que nunca, el tema del momento.
Pero ¿qué sabemos acerca de él? ¿Por qué nos sigue dando sobresaltos y no lo comprendemos completamente? En los siguientes párrafos intentaremos explicar en forma relativamente sencilla un tema que es sumamente complejo y que todavía sigue dándonos sorpresas.
También haremos una aproximación para que puedas ayudar a tu sistema inmunológico con la complementación vitamínica apoyado en una base científica.
EVOLUCIONANDO DURANTE MILENIOS
El sistema inmunológico representa cientos de miles de años de evolución y continuo perfeccionamiento. Se ha ido complejizando y adaptando a lo largo del tiempo para llegar a funcionar como una red interconectada a varios niveles. Pero ¿qué es básicamente? Es un conjunto de elementos que se combinan entre sí para crear una estructura de defensa similar a un ejército, donde cada componente tiene una función definida. Podríamos imaginarlo como una especie de Google que aprende a cada instante. En su incesante trabajo de escaneo, va procesando y guardando información para tratar de protegernos de agentes patógenos.
Asumimos que la mayoría de nuestros lectores sabe a lo que nos referimos, por lo que haremos un pequeño resumen a modo de recordatorio.
El sistema inmunológico está compuesto por moléculas como las inmunoglobulinas, citocinas y la proteína B7. Además cuenta con líneas celulares especializadas en mayor o menor medida, colocándose los linfocitos en el summum del perfeccionamiento. Luego están los órganos linfáticos como el timo, la médula ósea, los ganglios, etc.
Su principal característica es que actúa de dos formas:
- De manera automática. Es la llamada inmunidad innata o inespecífica y se conforma con información heredada genéticamente.
- De manera aprendida. A través de esta variante, que se conoce con el nombre de inmunidad específica o adquirida, va recolectando datos en forma continua para actualizar su registro de agresores.
Otra característica que lo hace único, es la capacidad de activar las distintas fases de acción a medida que sean necesarias. Como todo sistema inteligente y cibernético, va utilizando sus recursos de manera eficiente.
LAS TRES LÍNEAS DE DEFENSA
Durante una agresión por parte de un patógeno, el sistema inmunológico activará en forma secuenciada y coordinada sus tres líneas de defensa principales.
La primera línea está constituida por la piel y las mucosas. Éstas son totalmente inespecíficas y actúan como un primer control de entrada. A través de los propios mecanismos físicos y de secreciones, impiden la llegada de patógenos al interior del organismo.
La segunda línea de defensa está formada por la inmunidad innata, que atacará a todo aquello que represente una agresión. En este grupo encontramos a los fagocitos. Este sistema inespecífico no es propio de los seres humanos, sino que también se encuentra en las plantas y otros animales. Otra característica de esta línea de defensa es que no guarda memoria de los agresores, solamente posee instrucciones para atacar a cualquier elemento extraño a nuestro organismo.
La inmunidad específica o aprendida es la tercera línea. A través de este subsistema, se escanean y reconocen a los patógenos desde una base de datos que se guardan en la memoria de células especializadas. Este subsistema es extremadamente complejo ya que puede interrelacionarse con los otros subsistemas de ser necesario. Desde aquí las redes de acción se van haciendo cada vez más intrincadas y eso hace que sea un verdadero desafío poder estudiarlo. La característica más importante de la inmunidad específica es que tiene memoria y es exclusiva de los vertebrados superiores.
Así por ejemplo Las superficies de las mucosas están continuamente expuestas a una enorme cantidad de microorganismos. Algunas de ellas, como las bacterias comensales residentes en el intestino, coexisten con el huésped en una relación de beneficio mutuo, mientras que otras causan infecciones patológicas. El huésped mamífero se basa tanto en la inmunidad innata como en la adaptativa para combatir la invasión de patógenos, incluida la infección por virus. Durante las infecciones virales, el sistema inmunológico innato utiliza receptores de reconocimiento de patrones (PRR) para desencadenar un programa de defensa rápido para eliminar los virus y, al mismo tiempo, dirigir las respuestas inmunitarias adaptativas adecuadas.
CÓMO NOS DEFENDEMOS DE LOS PATÓGENOS
Los sistemas de ataque también se diferencian de acuerdo con el tipo de defensa que utilizarán y al nivel donde haya penetrado la agresión. De allí es que tendremos la inmunidad mediada por células y la que será mediada por anticuerpos.
La inmunidad mediada por células involucra a los glóbulos blancos, y dentro de este grupo podemos diferenciar dos niveles. Si actúa la barrera inespecífica, se activará el grupo de los fagocitos, que está compuesto por macrófagos, neutrófilos y células dendríticas. Además, se pueden sumar mastocitos, eosinófilos, basófilos y natural killers.
Si la inmunidad es específica, porque ya se pasó a otro nivel, se activarán los linfocitos, que son las células más altamente especializadas.
COMO SABER EL ESTADO DE NUESTRO SISTEMA INMUNOLÓGICO
La inmunidad mediada por células puede evaluarse mediante el estudio de los niveles de las distintas subpoblaciones celulares en sangre que pueden cuantificarse mediante citometría de flujo. Se estudian los porcentajes de Linfocitos T4, T4 Activados, T8, T8 activados, células NK entre otras. Con ello se puede valorar cuál es la respuesta inmunitaria celular del momento, y por tanto cuál es la reacción del paciente frente a un agente bacteriano o vírico
La inmunidad mediada por anticuerpos puede medirse mediante test inmunológicos que cuantifican específicamente proteínas plasmáticas, con son la IgG, IgA, IgM, haptoglobina, C3, C4. En el caso de infecciones concretas se pueden evaluar también el nivel de los anticuerpos específicos
ULTIMOS ESTUDIOS QUE APOYAN LA SUPLEMENTACIÓN DE VITAMINAS PARA LA MEJORA DE LA INMUNIDAD
“La vitamina D es importante para la función del sistema inmunológico y se ha demostrado anteriormente que los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de infecciones virales del tracto respiratorio”, dijo el Dr. Meltzer. “Nuestro análisis estadístico sugiere que esto pude ser cierto para la infección COVID-19”.
El estudio de cohorte realizado en 489 pacientes que tenían un nivel de vitamina D medido en el año anterior a la prueba de COVID-19, el riesgo relativo de dar positivo en la prueba de COVID-19 fue 1,77 veces mayor para los pacientes con estado deficiente de vitamina D en comparación con los pacientes con suficiente estado de vitamina D, una diferencia que fue estadísticamente significativa.
Una ola de publicaciones científicas ha sugerido que la suplementación con Vitamina D3 podría ser un enfoque potencialmente prometedor y seguro para reducir el riesgo de infecciones y muertes por COVID-19. Los metaanálisis de ensayos clínicos aleatorios (ECA) han demostrado que la suplementación con vitamina D3 reduce el riesgo de infecciones agudas del tracto respiratorio.
https://es.jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2770157
Otro estudio, la vitamina D inhibe la proliferación indiscriminada de células B, bloquea su diferenciación y la secreción de inmunoglobulinas. Como también afecta la maduración de las células T hacia un tipo inflamatorio, facilita la inducción de células T reguladoras, lo que da como resultado una disminución de la producción de citocinas inflamatorias como la IL-17 y la IL-21. Esto va de la mano con una mayor producción de citocinas antiinflamatorias como la IL-10.
La vitamina D también tiene efectos sobre los monocitos y las células dendríticas al inhibir la producción de citocinas inflamatorias como IL-1, IL-6, IL-8, IL-12 y FNTα.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3166406/
Además, otro estudio sugiere que la vitamina D podría jugar un papel muy importante tanto en la prevención como en el tratamiento de infección con el virus de la gripe estacionaria.
La vitamina D actuaría como modulador de la proliferación de células Th y la producción de citocinas. Esto, a la vez que estimularía a los linfocitos T reguladores, que son responsables de la acción antiinfecciosa y de limitar los procesos inflamatorios. Uno de los informes se centró en la capacidad de la 25(OH) vitamina D para estimular los linfocitos T reguladores a través de la inducción de las células presentadoras de antígenos que expresaban variaciones de los genes VDR y CYP27B1. Al parecer, la forma de vitamina D significativa para la generación de linfocitos T reguladores fue la 25 (OH) D libre, o sea no unida a su proteína transportadora (DBP).
Como dato contrastante de este mismo estudio, se han observado asociaciones inversas entre las concentraciones de vitamina D y la actividad de la enfermedad en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, artritis reumatoide o tiroiditis autoinmune.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6121423/
Como vemos, la incorporación de vitaminas, como la Vitamina D podría ser decisivas en la mantención de un sistema inmunológico listo para batallar ante algunas agresiones. En próximos artículos iremos más en detalle acerca de las funciones más específicas de estos cofactores.
El papel del microbiota residente sobre la inmunidad
Los seres humanos a veces se describen como supra organismos, que sirven como hospedadores de una colección de microorganismos denominados “microbiota” en los sitios del cuerpo expuestos al medio ambiente, y la mayoría de ellos residen en el tracto gastrointestinal. La interacción dinámica entre los seres humanos y su microbiota y el impacto del mutualismo huésped-microbio en la salud y la enfermedad se han revisado ampliamente.
Se estima que al menos entre 500 y 1000 especies de bacterias habitan en el intestino humano, y se estima que contienen 100 veces más genes que el genoma humano. Cada persona individual comparte un conjunto central de genes (un microbioma central) que llevan a cabo funciones comunes al intestino humano. Este microbioma central funcional compartido entre individuos está enriquecido en genes involucrados en la adaptación microbiana al ambiente del huésped, así como en el metabolismo de productos bioquímicos como aminoácidos y glicanos y en la biosíntesis de vitaminas y compuestos orgánicos.
Se sabe que la microbiota intestinal apoya la inmunidad respiratoria contra la infección por el virus de la influenza, pero quedan muchas preguntas sobre el papel de la microbiota intestinal en la respuesta antiviral.
EL VALOR DE LOS COMPLEMENTOS NUTRICIONALES
Hemos podido ver que la suplementación con vitamina D en caso de no tener los niveles óptimos en sangre es clave para la inmunidad. Por otro lado, la salud del microbiota intestinal también por eso el uso de los probióticos puede ser otra estrategia interesante.
Hemos podido ver el papel de la microbiota en la formación de la inmunidad innata y adaptativa y el mantenimiento de la homeostasis inmune, un número creciente de estudios ha examinado el potencial terapéutico de las bacterias comensales para modular las respuestas inmunitarias de la mucosa. Los probióticos son microorganismos vivos que pueden conferir un beneficio para la salud del huésped. Los probióticos más comunes incluyen bacterias comensales intestinales como Lactobacilli y Bifidobacteria. Los probióticos a veces se usan en combinación con prebióticos, que son suplementos dietéticos no digeribles que favorecen selectivamente el crecimiento de ciertos probióticos. La combinación de probióticos y prebióticos se conoce como “simbióticos”.
La ingesta oral de probióticos o simbióticos es capaz de modular el resultado de infecciones en el tracto respiratorio. En una revisión sistemática se evaluó la evidencia clínica de 14 ensayos controlados aleatorios (ECA) en humanos sobre el uso de probióticos y simbióticos para la prevención y el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio, incluido el resfriado común.
Se observa una reducción significativa en la gravedad de los síntomas y el curso clínico de la enfermedad en cinco de seis ECA y tres de nueve ECA que proporcionaron los datos relevantes, respectivamente.
Además, varios ensayos clínicos en humanos han demostrado que ciertos Lactobacillus potencia la inmunidad mediada por vacunas.
Los lactobacilos forman una parte importante de la microbiota comensal en el tracto intestinal de los humanos y otros mamíferos.
Recientemente, el análisis comparativo de las respuestas del transcriptoma de la mucosa humana ha revelado que las especies de Lactobacillus inducían vías reguladoras de genes importantes en las respuestas inmunitarias, la proliferación celular y la producción de citocinas.
En un estudio, el consumo diario de una bebida láctea fermentada mejoró las respuestas de anticuerpos a la vacunación contra la influenza en ancianos mayores de 70 años.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3659816/
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