¿Qué relación hay entre la migraña y la osteoporosis?
Hoy hablamos del sorprendente vínculo entre la migraña y la osteoporosis: exporaremos la conexión entre estas dos patologías, los factores que las gatillan y las opciones de tratamiento a través de suplementos.
La migraña y la osteoporosis son dos condiciones médicas que tradicionalmente no se han visto relacionadas, sin embargo, investigaciones recientes sugieren que puede haber un vínculo intrigante entre ellas. Sigue leyendo para descubrir más.
Comenzando desde el principio: ¿qué es la migraña?
La migraña es un dolor de cabeza severo y recurrente que puede ir acompañado de una variedad de síntomas, que incluyen dolor intenso, náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Estos dolores de cabeza son a menudo unilaterales y de naturaleza pulsátil. Este tipo de cefalea es de origen primario, muchas veces de carácter incapacitante y afecta directamente a más de mil millones de personas en todo el mundo. A pesar de su prevalencia generalizada, la migraña sigue siendo subdiagnosticada y mal tratada. Según la revista científica The Lancet, que ha publicado un estudio del Global Burden of Disease Study, la migraña es el segundo trastorno neurológico más prevalente en todo el mundo y es responsable de más discapacidades que todos los demás trastornos neurológicos combinados. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(18)30322-3
Si bien la causa exacta de la migraña aún no se comprende completamente, se han identificado varios puntos que podrían actuar como desencadenantes:#
- Cambios hormonales: las fluctuaciones en los niveles de estrógeno, como las que ocurren durante la menstruación, el embarazo o la menopausia, pueden desencadenar migrañas en individuos susceptibles.
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Factores ambientales: las luces brillantes, los ruidos fuertes, los olores fuertes y ciertas condiciones climáticas pueden actuar como desencadenantes y se han descrito como los más comunes. https://doi.org/10.1111/j.1526-4610.2009.01443.x
- Factores emocionales y físicos: el estrés, la ansiedad, la fatiga, la falta de sueño y el esfuerzo físico excesivo se han asociado con los ataques de migraña.
- Desencadenantes dietéticos: se sabe que ciertos alimentos y bebidas, como los quesos añejos, el chocolate, la cafeína, el alcohol y los edulcorantes artificiales, desencadenan migrañas en algunas personas.
- Predisposición genética: la migraña tiende a ser hereditaria, lo que sugiere un componente genético de la afección.
Veamos la clasificación
Según la Clasificación Internacional de Trastornos por Cefalea, (ICHD-3) la migraña se clasifica en tres tipos principales:
- Migraña sin aura: esta migraña se caracteriza por ataques de cefalea recurrentes que duran de 4 a 72 horas. Las características típicas de un ataque incluyen la ubicación unilateral, son de tipo pulsátil, la intensidad del dolor es moderada o severa y se ve empeorada por la actividad rutinaria. Sin embargo, el dolor bilateral no es infrecuente; los datos basados en la población indican que aproximadamente el 40% de las personas con migraña reportan dolor bilateral durante los ataques.
Los síntomas asociados más frecuentes son fotofobia, fonofobia, náuseas y vómitos. Antes del inicio del dolor, los síntomas prodrómicos pueden incluir estado de ánimo deprimido, bostezos, fatiga y antojos de alimentos específicos. Después de la resolución de la cefalea, los síntomas posdrómicos pueden durar hasta 48 horas y suelen incluir cansancio, dificultades de concentración y rigidez de nuca.
- Migraña con aura: aproximadamente un tercio de las personas con migraña experimentan aura, ya sea con cada ataque o con algunos ataques. Las auras se definen como síntomas neurológicos focales transitorios que generalmente preceden, aunque a veces acompañan la fase del dolor de cabeza en un ataque de migraña. En más del 90% de los individuos afectados, el aura se manifiesta visualmente, clásicamente como espectros de fortificación debido a que su patrón se asemeja a las murallas de un fuerte medieval. Los síntomas sensoriales ocurren en aproximadamente el 31% de los individuos afectados y generalmente se experimentan como parestesia predominantemente unilateral (hormigueo y/o entumecimiento) que se extiende gradualmente en la cara o el brazo. https://doi.org/10.1016/0895-4356(91)90147-2
Los síntomas del aura menos comunes incluyen trastornos afásicos del habla, síntomas del tronco encefálico (como disartria y vértigo), debilidad motora (en la migraña hemipléjica) y síntomas retinianos (por ejemplo, trastornos visuales monoculares repetidos). Los síntomas del aura pueden ser similares a los de los ataques isquémicos transitorios, pero se pueden diferenciar sobre la base de que los síntomas del aura a menudo se propagan gradualmente -durante aproximadamente 5 minutos- y ocurren en sucesión, mientras que los síntomas de un ataque isquémico tienen un inicio repentino y simultáneo. https://doi.org/10.1177/033310241773820
- Migraña crónica: la migraña crónica se define como más de 15 días de dolor de cabeza en el transcurso de un mes, por al más de 3 meses y el cumplimiento de los criterios ICHD-3 para migraña en más de 8 días por mes. La migraña crónica no es una entidad estática y la reversión a la migraña episódica no es inusual. Del mismo modo, posteriormente puede ocurrir una retransformación a migraña crónica. https://doi.org/10.1186/s10194-017-0787-1
¿Y la osteoporosis?
La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética sistémica especificada con una combinación de mala calidad del hueso y/o baja densidad mineral ósea. Como resultado, la resistencia de los huesos disminuye y el riesgo de fracturas aumenta. DOI: 10.1001/jama.285.6.785
Se asocia más comúnmente con el envejecimiento, particularmente en mujeres después de la menopausia. A medida que los individuos envejecen, su masa ósea disminuye y la tasa de pérdida ósea excede la tasa de osteogénesis, lo que resulta en huesos debilitados. Si bien la edad es un factor de riesgo significativo para la osteoporosis, otros factores incluyen:
• Género: las mujeres, especialmente después de la menopausia, tienen un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis en comparación con los hombres.
• Desequilibrios hormonales: los bajos niveles de estrógeno en las mujeres y testosterona en los hombres pueden contribuir a la pérdida ósea.
• Factores del estilo de vida: el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y una dieta baja en calcio y vitamina D pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
• Condiciones médicas y medicamentos: ciertas condiciones médicas (por ejemplo, artritis reumatoide) y medicamentos (por ejemplo, corticosteroides) pueden acelerar la pérdida ósea.
El vínculo entre la migraña y la osteoporosis
Si bien los mecanismos exactos que vinculan la migraña y la osteoporosis aún no se comprenden completamente, varios estudios han demostrado una asociación entre las dos afecciones. Una hipótesis sugiere que el dolor crónico experimentado por los enfermos de migraña puede conducir a una reducción de la actividad física y un aumento del comportamiento sedentario, contribuyendo así a la disminución de la densidad ósea.
Otra posibilidad es que los factores genéticos u hormonales compartidos puedan influir en ambas condiciones. Se necesita investigación adicional para dilucidar estas conexiones.
Por otro lado, se sabe que los niveles de magnesio y vitamina D son vitales para la función ósea adecuada, mientras que pueden regular la frecuencia de las migrañas dando forma a los procesos nociceptivos en las neuronas positivas para el péptido relacionado con el gen de la calcitonina no mielinizada (CGRP), un proceso también influenciado por las hormonas ováricas. Los mediadores inflamatorios como ciertas interleucinas y el factor de necrosis tumoral-α contribuyen a la disfunción endotelial y las vías del dolor en la migraña y ejerce una influencia significativa en el recambio óseo que induce la osteoporosis.
Además, los mediadores inflamatorios juegan un papel en la activación del sistema trigeminovascular, que a su vez libera sustancias proinflamatorias, particularmente CGRP. También se han encontrado niveles elevados de CGRP en sujetos con osteoporosis y pueden regular indirectamente la actividad de los osteoclastos. Además, ambas enfermedades incluyen altas tasas de prevalencia de migraña y osteoporosis en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, posiblemente debido a múltiples factores, como el perfil de la microbiota intestinal, las hormonas del estrés, los nutrientes y los neuropéptidos que afectan a diferentes cepas bacterianas intestinales. Finalmente, la migraña provoca retraimiento social con la consiguiente reducción de la actividad motora, y menor exposición a la luz debido a una reacción de fotofobia. https://doi.org/10.3988/jcn.2022.18.6.720
Es probable que los mecanismos exactos que subyacen a la relación entre la migraña y la osteoporosis sean esquivos. Sin embargo, varias líneas de evidencia en la literatura sugieren que la osteoporosis y la migraña tienen una fisiopatología compartida. Primero, la densidad ósea está significativamente asociada con el magnesio, un micronutriente esencial con una amplia gama de funciones metabólicas, estructurales y reguladoras. En los humanos, la deficiencia de magnesio contribuye a la osteoporosis. Además, se ha identificado una asociación entre el magnesio sérico y la densidad ósea en mujeres pre y posmenopáusicas. La deficiencia de magnesio también tiene una fuerte asociación con los ataques de migraña. DOI: 10.1016/0022-510x(95)00196-1
Gallai et al. demostró que las personas que sufrían de migrañas tenían niveles más bajos de magnesio en plasma y saliva entre los ataques en comparación con los controles sin migrañas. DOI: 10.1111/j.1526-4610.1992.hed3203132.x
Por lo tanto, la osteoporosis como la migraña se asocian con hipomagnesemia, lo que sugiere una interacción entre la osteoporosis y la migraña.
Tratamiento alternativo con suplementos
Si bien el tratamiento convencional para las migrañas y la osteoporosis a menudo implica medicamentos, existe un creciente interés en enfoques alternativos. Uno de estos enfoques es el uso de suplementos para apoyar ambas condiciones simultáneamente. Aquí hay algunos suplementos que pueden ser beneficiosos:
• Vitamina D: los niveles adecuados de vitamina D son cruciales para la salud ósea. Esta vitamina promueve la absorción de calcio y ayuda a mantener la densidad ósea. También puede desempeñar un papel en la reducción de la frecuencia y la gravedad de las migrañas.
• Magnesio: se ha demostrado que este mineral alivia potencialmente las migrañas y también puede ayudar a mejorar la densidad mineral ósea.
• Ácidos grasos omega-3: se encuentran en el aceite de pescado y ciertas nueces y semillas, los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias que pueden reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas y apoyar la salud ósea.
• Coenzima Q10 (CoQ10): este antioxidante ha demostrado ser prometedor para reducir la frecuencia y la gravedad de las migrañas. También puede tener un impacto positivo en la salud ósea.
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Conclusión
Si bien el vínculo entre las migrañas y la osteoporosis requiere más investigación, está claro que hay una conexión que vale la pena explorar. Al comprender los desencadenantes de las migrañas, reconocer el riesgo de osteoporosis relacionado con la edad y considerar opciones de tratamiento alternativas como los suplementos, podemos tomar medidas para controlar ambas afecciones de manera efectiva.
Como siempre, es crucial consultar con un profesional de la salud antes de realizar cualquier cambio en los planes de tratamiento o comenzar nuevos suplementos.