¿Podemos alargar los telómeros?
El último siglo se ha caracterizado por un aumento sin precedentes en la esperanza de vida humana en casi todo el mundo. Esta tendencia demográfica, sin embargo, no se ha visto acompañada por la misma extensión en la vida útil y la productividad, hablamos de calidad de vida. En la actualidad, la longitud telomérica sigue siendo uno de los biomarcadores de envejecimiento más utilizados en estudios epidemiológicos y clínicos. En los últimos años, también se está utilizando este cada vez más a este marcador como potencial disruptivo en la medicina personalizada.
En el artículo de hoy nos sumergiremos un poco en el tema del envejecimiento, los telómeros y en cómo acciones simples pero potentes, pueden ayudarnos a vivir más y mejor.
¿Qué son los telómeros?
Los telómeros son complejos que consisten en ADN repetido en tándem (las repeticiones secuenciales son de TTAGGG) combinado con proteínas asociadas que desempeñan un papel clave en la protección de los extremos de los cromosomas y el mantenimiento de la estabilidad del genoma. Estas repeticiones evitan que los cromosomas se fusionen entre sí y que las proteínas reparadoras del ADN los reconozcan como una rotura de la doble cadena.
Los telómeros se acortan en paralelo con el envejecimiento
Se consideran un reloj biológico, ya que se acortan en paralelo con el envejecimiento. Además, los telómeros cortos están asociados con varias enfermedades relacionadas con la edad. Sin embargo, la variabilidad en el acortamiento de los telómeros independiente de la edad cronológica, sugiere que es un factor modificable. De hecho, está regulado, entre otras cosas, por el daño genético, la división celular, el envejecimiento, el estrés oxidativo y la inflamación, entre otros factores.
Una de las causas es que la ADN polimerasa replica de forma incompleta los cromosomas lineales, y es por ello que el ADN telomérico se acorta con las repetidas divisiones celulares hasta que los telómeros alcanzan una longitud crítica, momento en el que las células entran en senescencia. Es por ello que la longitud de los telómeros es un indicador del envejecimiento biológico, y la disfunción de los telómeros está relacionada con patologías asociadas a la edad, tales como las cardiovasculares, Parkinson, Alzheimer y el cáncer.
¿Por qué se acortan?
Durante la replicación de los cromosomas lineales (éstos se hallan en la mayoría de las células eucariotas), la enzima ADN polimerasa replica los extremos del ADN en dirección 5′ a 3′ utilizando un cebador de ARN para la iniciación. Cuando este cebador de ARN se elimina después de la replicación del ADN, la secuencia de ADN telomérico se pierde desde los extremos. Por esta razón, en cada ciclo de división de células somáticas, los telómeros se acortan entre 50 y 200 pares de bases a través de la síntesis incompleta de la hebra rezagada durante la replicación del ADN. Esto se debe a la incapacidad de la ADN polimerasa para replicar completamente el extremo 3′ de la hebra de ADN, un fenómeno comúnmente conocido como “el problema de la replicación final”. https://doi.org/10.1038/newbio239197a0
La longitud de los telómeros está regulada epigenéticamente por la metilación del ADN y las histonas. Cuando se produce inflamación y la proliferación de células que la acompaña – especialmente durante infecciones- da como resultado la pérdida de repeticiones teloméricas debido al aumento de la división celular. Así, la concentración plasmática del marcador inflamatorio proteína C reactiva se correlaciona negativamente con la longitud de los telómeros. https://doi.org/10.1210/jc.2005-1814
En las células germinales, las células madre y muchas células cancerosas, la enzima telomerasa transcriptasa inversa agrega una secuencia telomérica a los extremos del ADN recién sintetizado, manteniendo la longitud de los telómeros. Cuando las células no se están dividiendo ni se está replicando el ADN, el complejo de proteínas asociado con las repeticiones de los telómeros denominado refugio evita el alargamiento no deseado de los telómeros al restringir el acceso a la telomerasa.
DOI: 10.1101/gad.1346005
La inflamación produce estrés oxidativo
Además, la inflamación también produce estrés oxidativo. Cuando este estrés oxidativo es de bajo nivel puede causar modificaciones de la base oxidativa y roturas de una sola hebra en el ADN. Este tipo de daño se acumula en los telómeros ya que la secuencia telomérica rica en G es más sensible al daño por oxidación. DOI: https://doi.org/10.1074/jbc.274.2.962
La pérdida de la función protectora de los telómeros debido al desgaste de las repeticiones hace que los cromosomas sean susceptibles de fusionarse con otros extremos cromosómicos y roturas de la doble cadena, lo que da como resultado reordenamientos cromosómicos que afectan la estabilidad genómica. Los telómeros críticamente cortos pierden sus marcas epigenéticas y son propensos a las recombinaciones. DOI: https://doi.org/10.1038/ng1952
La disfunción de los telómeros está relacionada con el desarrollo de patologías relacionadas con la edad, como comentábamos más arriba, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
¿Qué soluciones se proponen?
Se ha demostrado que la longitud de los telómeros está asociada con el estado nutricional en estudios con humanos y animales. Los estilos de vida y las dietas saludables se correlacionan positivamente con la longitud de los telómeros. Los cambios en la dieta y el estilo de vida pueden modular la actividad de la telomerasa en las células mononucleares de sangre periférica, aunque no está claro si esto se traduce en cambios en la longitud de los telómeros.
TA-65
La raíz de Astragalus membranaceus es capaz de aumentar la longitud promedio de los telómeros y disminuir el porcentaje de telómeros críticamente cortos y el daño en el ADN. La restauración de la actividad de la telomerasa en los ratones estudiados, mediante la reintroducción de una copia del gen Terc, rescata telómeros críticamente cortos y revierte la inestabilidad cromosómica y los defectos de células y tejidos asociados con deficiencia de telomerasa, incluido el rescate de células madre, disfunción y de vida útil del organismo.
El uso de TA-65 da como resultado una elongación de telómeros cortos dependiente de la telomerasa y el rescate del daño del ADN asociado, lo que demuestra que el mecanismo de acción de TA-65 es a través de la vía de la telomerasa. DOI: 10.1111/j.1474-9726.2011.00700.x
Los hallazgos también sugirieron que las terapias destinadas a reactivar la telomerasa y alargar los telómeros cortos con la edad podrían tener efectos antienvejecimiento significativos. En este sentido, recientemente se ha demostrado que la actividad mejorada de la telomerasa en ratones que sobreexpresan la transcriptasa inversa de la telomerasa (TERT), es capaz de retrasar el envejecimiento y prolongar la vida media en un 40%, además de una mayor resistencia al cáncer.
Así, la sobreexpresión de TERT mejora la aptitud de las barreras epiteliales, particularmente la piel y el intestino, y produce un retraso sistémico en el envejecimiento acompañado de una extensión de la mediana de vida. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cell.2008.09.034
Vitamina D3
La forma biológicamente activa de la vitamina D, 1α,25 dihidroxivitamina D3, posee propiedades inmunosupresoras. Esto se refleja en la relación inversa entre la concentración plasmática de vitamina D y el marcador inflamatorio proteína C reactiva. https://doi.org/10.1210/jc.2005-1814
La longitud de los telómeros se correlaciona negativamente con la concentración plasmática de proteína C reactiva. La adición de 1α,25 dihidroxivitamina D3 al medio de cultivo celular reduce la expresión del factor de proliferación factor estimulante de colonias de granulocitos y macrocitos que es importante para la proliferación de todos los linajes de células hematopoyéticas y por lo tanto reduce la proliferación de linfocitos. Además, la vitamina D también reduce la expresión de los mediadores de la inflamación interleucina-2 e interferón gamma. https://doi.org/10.1073/pnas.84.10.3385
Omega-3
Se ha demostrado que la concentración plasmática de ácidos grasos omega-3 marinos, ácido decosahexanoico y ácido eicosapentaenoico, se asocia positivamente con una disminución de la longitud de los telómeros en sujetos de estudio durante un período de 5 a 8 años.
DOI: 10.1001/jama.2009.2008
Las personas que tenían una mayor concentración inicial de ácidos grasos omega-3 mostraron el efecto máximo de los ácidos grasos omega-3 en el desgaste de los telómeros. La concentración de ácidos grasos omega-3 en plasma se asocia con marcadores proinflamatorios bajos y marcadores antiinflamatorios altos.
En ratones, la dieta enriquecida en ácidos grasos omega-3 marinos mejoró las actividades de las enzimas antioxidantes superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa y aumentó la vida útil. https://doi.org/10.1093/jn/131.10.2753
Los cambios en las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes inducidos por los ácidos grasos omega-3 disminuyen la renovación celular y el daño oxidativo del ADN y, por lo tanto, pueden reducir el acortamiento de los telómeros.
Es por ello que desde Salengei no dudamos en recomendar MorEPA® Platinum, cuyas perlas contienen 1100 mg de omega-3, de los cuales 764 mg son de EPA y 236 mg de DHA. Además, estas perlas contienen vitamina D3, lo que genera una acción sinérgica, potenciando los beneficios.
Conclusión
Afortunadamente, la ciencia nos permite hoy en día poder medir, predecir en cierta manera y prevenir el envejecimiento. La longitud telomérica es una prueba de ello y aún hay mucho por hacer para mejorar, pero también creemos que la implementación de rutinas saludables y la incorporación de complementos alimenticios específicos, nos ayudarán a vivir una vida más plena y con menor número de enfermedades.
Porque en Salengei creemos que el envejecimiento es eso, ¿verdad?, vivir una vida más larga y de calidad.
Como sabéis, el envejecimiento es uno de nuestros tópicos favoritos y es por ello que le dedicamos mucho esfuerzo, horas de investigación y nos complace poder compartir las novedades con vosotros.
