OMEGA-3 contra la demencia y el Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo que representa la principal causa de demencia en el mundo. La suplementación con omega-3 ha sido objeto de numerosos estudios en …
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La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo que representa la principal causa de demencia en el mundo. La suplementación con omega-3 ha sido objeto de numerosos estudios en relación con su efectividad en el tratamiento y prevención de la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.

En el artículo de hoy desvelaremos los puntos clave de esta enfermedad y cómo una suplementación altamente efectiva, como son los ácidos grasos omega-3, puede marcar la diferencia.

Comprendiendo la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo con consecuencias clínicas, biológicas y patológicas. Dichas características ocurren a lo largo de un proceso que va desde el comienzo en un paciente sin evidencias, hasta la etapa terminal. Los avances en los biomarcadores han provocado un cambio en la forma en que se considera la enfermedad como una entidad clínico-fisiopatológica, con una apreciación cada vez mayor de que esta enfermedad no solo debe verse como un conteo de etapas clínicas definidas, sino como un proceso multifacético que avanza progresivamente y sin fisuras. Reconocer este concepto es fundamental para comprender el proceso de desarrollo de terapias modificadoras de enfermedades y para iniciar opciones efectivas de diagnóstico y el manejo de la enfermedad.

Los avances en la investigación básica de los últimos años han mejorado nuestra comprensión de la historia natural de la enfermedad de Alzheimer. Ahora se reconoce que los cambios fisiopatológicos comienzan muchos años antes que las manifestaciones clínicas de la enfermedad y que el espectro patológico abarca desde su etapa clínicamente asintomática hasta la gravemente alterada, por lo tanto, definirla únicamente por su presentación clínica sería una visión incompleta. DOI: 10.3233/JAD-2010-1237

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza clínicamente por el desarrollo de una disfunción amnésica y ejecutiva temprana, que eventualmente se extiende a los dominios cognitivos, lo que conduce a la incapacidad total y al desarrollo de la demencia en etapa terminal. 

Las principales características patológicas son el depósito de placa extracelular de amiloide (Aβ) y la formación de ovillos neurofibrilares intraneuronales. La evidencia emergente sugiere que la inflamación progresiva y el aumento del estrés oxidativo juegan un papel clave en el desarrollo temprano de tales características patológicas. También se ha postulado fehacientemente que tales mecanismos desempeñan un papel clave en la disfunción sináptica y la pérdida de integridad neuronal que puede preceder a la aparición manifiesta de placas amiloides y ovillos neurofibrilares en los cerebros de los individuos afectados. Las vías celulares implicadas en la homeostasis y la regulación de los ácidos grasos cerebrales son actores centrales en las cascadas de estrés inflamatorio y oxidativo implicadas en la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer. DOI: 10.1016/j.plefa.2009.05.015

¿Qué aporte hacen los omega-3?

Los ácidos grasos omega-3 son esenciales para el crecimiento y desarrollo del cerebro. Desempeñan un papel importante como moduladores críticos de la función neuronal y la regulación de los mecanismos del estrés oxidativo, en la salud y la enfermedad del cerebro. El ácido docosahexanoico (DHA), el principal ácido graso omega-3 que se encuentra en las neuronas, ha asumido un papel central como objetivo de la intervención terapéutica en la enfermedad de Alzheimer.

Una gran cantidad de datos in vitro, en modelos animales y en humanos, recopilados últimamente, resaltan el importante papel que puede desempeñar el DHA en el desarrollo de una variedad de trastornos neurológicos y psiquiátricos, incluida la enfermedad de Alzheimer. Los datos transversales y de cohortes prospectivos han demostrado que la ingesta dietética reducida o los niveles cerebrales bajos de DHA se asocian con un deterioro cognitivo acelerado o el desarrollo de demencia incipiente.

El DHA es ampliamente neuroprotector a través de múltiples mecanismos que incluyen metabolitos neuroprotectores, metabolitos reducidos del ácido araquidónico y factores tróficos aumentados o transducción de señales tróficas posteriores. El DHA también protege contra varios factores de riesgo de demencia, incluidos traumatismos craneoencefálicos, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Además, este ácido graso protege específicamente contra la enfermedad de Alzheimer a través de mecanismos adicionales: limita la producción y acumulación de la toxina del péptido beta amiloide que, según se cree, impulsa la enfermedad; y también suprime varias vías de transducción de señales inducidas por Abeta, incluidas dos quinasas principales que fosforilan la proteína tau asociada a los microtúbulos y promueven la patología de los ovillos neurofibrilares.

Con base en datos epidemiológicos y de investigación básica, paneles de expertos han recomendado la necesidad de realizar ensayos clínicos con ácidos grasos omega-3, en particular DHA, para la prevención o el tratamiento del deterioro cognitivo relacionado con la edad, centrándose en la causa más frecuente. Los resultados hasta la fecha sugieren que el DHA puede ser más efectivo si se comienza a administrar temprano o se usa junto con antioxidantes. DOI: 10.1016/j.plefa.2009.05.015

DHA, el más importante

El DHA también puede desempeñar un papel clave tanto en la estructura como en la función de las regiones del cerebro involucradas en la formación de nuevos recuerdos. Los niveles de DHA en el hipocampo se han asociado directamente con la ingesta dietética y se ha demostrado que niveles más altos mejoran los procesos de aprendizaje dependientes del hipocampo. DOI: 10.1016/s0306-4522(99)00107-4

El DHA también se ha relacionado con los fenómenos recientemente descritos de neurogénesis del hipocampo en el cerebro adulto. El papel de este ácido graso en el proceso se modula mediante la expresión de factores de transcripción básicos hélice-bucle-hélice en células madre neuronales originadas en el giro dentado. Las alteraciones en la expresión genética inducidas por el DHA ayudan a promover la salida del ciclo celular y permiten que se produzca la diferenciación neuronal. Se ha postulado que una neurogénesis mejorada en tales regiones conduce a una mayor densidad neuronal y función en este circuito crítico para la formación de nuevos recuerdos. La ingesta dietética elevada de AGPI omega-3 se ha asociado directamente con un mayor volumen de materia gris en los circuitos corticolímbicos que representan la entrada afectiva para la formación de la memoria y la activación cortical en el cerebro. Los volúmenes del cíngulo anterior, la amígdala derecha y el hipocampo derecho se correlacionaron con una mayor ingesta de AGPI omega-3 después de la corrección para los volúmenes cerebrales totales. DOI: 10.1016/j.neulet.2007.04.086

Nuestro consejo

Active Ω3 B-Complex de Salengei es un complemento alimenticio con alto contenido de ácidos grasos omega-3. Cada perla contiene 1000 mg de aceite de pescado, de los cuales 760 mg son DHA (ácido docosahexaenóico). El aceite se obtiene por un proceso de extracción en frío, concentrado en forma de triglicéridos, lo que favorece una mejor absorción.

Además, hemos suplementado nuestro producto con vitaminas del grupo B. La evidencia de la investigación en humanos muestra claramente que una proporción significativa de las poblaciones de los países desarrollados sufren déficit de una o más vitaminas de este grupo, por lo que está justificada la complementación de la ingesta dietética con micronutrientes.

La deficiencia de vitamina B en poblaciones que envejecen, se ha relacionado con trastornos cardiovasculares, disfunción cognitiva, osteoporosis y trastornos de metilación y puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades degenerativas, en particular, enfermedades cardiovasculares, enfermedades cognitivas, como en el caso de la enfermedad de Alzheimer.

Conclusión

Los ácidos grasos sirven como sustratos energéticos y componentes integrales de la membrana y son esenciales para la función neuronal y cerebral adecuada. Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son lípidos integrales de membrana que sirven para mantener tanto la estructura como la función de las membranas neuronales, las proteínas asociadas a la membrana y los complejos proteicos. La incorporación de PUFA aumenta la fluidez de la membrana, que es esencial para mantener las estructuras sinápticas

El aumento de la fluidez de la membrana puede aumentar el número y la afinidad de los receptores en la sinapsis y mejorar la neurotransmisión. Dicha fluidez es importante para promover la plasticidad sináptica que es esencial para el aprendizaje, la memoria y otros procesos cognitivos complejos.

El DHA presente en Active Ω3 B-Complex es una excelente opción para una suplementación acorde a los objetivos de disminución de la inflamación y protección contra radicales libres.

Recordemos que, si bien se sabe mucho sobre los eicosanoides, incluidas las prostaglandinas, las ciclooxigenasas y su papel en el inicio y mantenimiento de la cascada inflamatoria en el cerebro y otros tejidos, el papel crítico del DHA y otros omega-3 apenas están comenzando a entenderse.

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