Fotoenvejecimiento de la piel

La exposición al sol es la responsable de la mayor parte del envejecimiento, es por ello que se puede relacionar directamente el fotoenvejecimiento. Hoy, desde Salengei, hablaremos acerca de "ese bronceado" y trataremos de daros algunos consejos para que cuidéis de vuestra piel.
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Verano, calor, el sol está brillando en todo su esplendor y nosotros hemos preparado todo para ir a la playa a coger ese bronceado tan esperado.

La exposición al sol es la responsable de la mayor parte del envejecimiento, es por ello que se puede relacionar directamente el fotoenvejecimiento con el envejecimiento prematuro de la piel. El proceso de envejecimiento de la piel se puede decir que está causado por un aumento en la oxidación celular. Se conoce que el 80% de este fotoenvejecimiento se debe a la exposición de la radiación ultravioleta.

Hoy, desde Salengei, hablaremos acerca de “ese bronceado” y trataremos de daros algunos consejos para que cuidéis de vuestra piel.

 

Fotoenvejecimiento

Atrás quedaron los largos días de juventud cuando pasábamos horas ​​descansando bajo el sol de manera despreocupada con el solo fin de lograr un bronceado profundo. El rápido avance de las lesiones solares en nuestra piel, que aparecen en el rostro, pecho, cuello y brazos es hoy evidencia de esas horas desprotegidas. Por eso, comenzaremos por recordar conceptos básicos.

La piel se compone de tres capas: la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo. La dermis contiene colágeno, elastina y otras fibras importantes, que afectan la fuerza y ​​elasticidad del mayor órgano del cuerpo humano y son responsables de su apariencia suave y juvenil.

La radiación ultravioleta daña estas proteínas provocando el tristemente famoso fotoenvejecimiento

El proceso de fotoenvejecimiento se caracteriza por cambios clínicos, histológicos y bioquímicos que difieren de las alteraciones en la piel cronológicamente envejecida pero protegida del sol. Los signos aparecen como arrugas finas a medianas, piel flácida, efélides, léntigos solares, melasma, entre otros. La microscopía, por otro lado, muestra alteraciones prominentes en el componente celular y la matriz extracelular del tejido conectivo con una acumulación de elastina desorganizada en la dermis profunda y una pérdida severa de colágeno intersticial.

Los agentes patógenos de estos cambios son las especies reactivas de oxígeno (ROS) generadas por los rayos UV que agotan y dañan los sistemas de defensa antioxidantes enzimáticos y no enzimáticos de la piel. Además de causar cambios genéticos permanentes, las ROS activan vías de transducción de señales citoplasmáticas en fibroblastos residentes que están relacionadas con el crecimiento, la diferenciación, la senescencia y la degradación del tejido conectivo. https://doi.org/10.1016/S0531-5565(00)00098-X

 

Rayos UV y fotoenvejecimiento

La exposición aguda a la radiación UV agota la actividad de la catalasa en la piel y aumenta la oxidación de proteínas. Se estima que, entre todos los factores ambientales, la radiación UV contribuye hasta en un 80 % y es el factor ambiental más importante en el desarrollo del cáncer cutáneo y el envejecimiento de la piel. La radiación UV penetra en la piel, llega a las células y es absorbida por el ADN, lo que lleva a la formación de fotoproductos que inactivan las funciones del mismo. https://doi.org/10.1046/j.1523-1747.2002.01708.x

El daño se puede dar a través de dos mecanismos diferentes:

  1. la absorción directa de la luz incidente por los componentes celulares, lo que da como resultado la formación de un estado excitado y la subsiguiente reacción química
  2. por mecanismos de fotosensibilización, donde la luz es absorbida por sensibilizadores endógenos (o exógenos) que se excitan a sus estados de triplete. 

Los fotosensibilizadores excitados pueden a su vez, inducir daño celular por otros dos mecanismos. El primero es por transferencia de electrones y procesos de abstracción de hidrógeno para producir radicales libres. El segundo mecanismo está dado por la transferencia de energía para producir el estado excitado reactivo, oxígeno singlete. La oxidación del ADN puede producir diferentes tipos de daños en el ADN: roturas de hebras, intercambio de cromátidas hermanas, entrecruzamientos de proteínas y ADN, daños por azúcar, sitios abásicos y modificaciones de bases. 

La muerte celular, los cambios cromosómicos, la mutación y las transformaciones morfológicas se observan después de la exposición a los rayos UV de las células procariotas y eucariotas

Ahora se han reconocido numerosos tipos de daños en el ADN inducidos por los rayos UV que incluyen roturas de soporte (simples y dobles), dímeros de pirimidina de tipo ciclobutano, fotoproductos 6–4 Pyo y el isómero Dewar correspondiente, timina glicoles, 8-hidroxiguanina y muchos más. Además de la oxidación del ADN nuclear, la radiación UV también puede inducir daño oxidativo al ADN mitocondrial. DOI: 10.1007/3-7643-7378-4_6

 

 

¿Cómo podemos prevenirlo?

Prevenir el daño solar es más fácil que revertirlo. La generación de ROS inducida por las radiaciones UV (peróxido de hidrógeno, radical hidroxilo y oxígeno singlete) en la piel desarrolla estrés oxidativo, y cuando su formación excede la capacidad de defensa antioxidante de la célula diana, comienza una reacción en cadena. Las medidas más conocidas incluyen el uso de ropa protectora, protector solar (FPS) y evitar los centros de bronceado así como la exposición solar en las horas de mayor radiación. La única protección de nuestra piel está en su protección endógena a través de la melanina y antioxidantes enzimáticos. Otra vía de ataque podría ser la de los antioxidantes que consumimos de los alimentos (vitamina A, C, E, etc.) para prevenir el estrés oxidativo y mejorar la reparación del ADN.

Prevenir el daño solar es más fácil que revertirlo

Varios otros componentes presentes en la piel son potentes antioxidantes que incluyen ascorbato, carotenoides y sulfhidrilos. Los antioxidantes solubles en agua en el plasma incluyen glucosa, piruvato, ácido úrico, ácido ascórbico, bilirrubina y glutatión. Los antioxidantes solubles en lípidos incluyen alfatocoferol, ubiquinol-10, licopeno, β -caroteno, luteína, zeaxantina y alfacaroteno. En general, la parte externa de la piel, la epidermis, contiene concentraciones más altas de antioxidantes que la dermis. PMID: 7880756

En la fase lipofílica, el α -tocoferol es el antioxidante más prominente, mientras que la vitamina C y el GSH tienen la mayor abundancia en el citosol. En términos molares, los antioxidantes hidrofílicos no enzimáticos, incluidos el ácido L-ascórbico, el GSH y el ácido úrico, parecen ser los antioxidantes predominantes en la piel humana. DOI: 10.1007/3-540-32953-6_7

 

Cellmatrix

El uso de antioxidantes exógenos por vía oral podría ser una buena intervención para prevenir el estrés oxidativo y mejorar la reparación del ADN. Una amplia variedad de antioxidantes u otros fitoquímicos poseen importantes efectos fotoprotectores de la piel, como el licopeno, coenzima Q, glutatión, selenio, zinc, bioflavonoides, polifenoles de té verde, proantocianidinas de semilla de uva, resveratrol, silimarina, genisteína y otros que actúan sobre la inflamación de la piel inducida por los rayos UV, el estrés oxidativo y el daño del ADN.

CellMatrix aporta antioxidantes provenientes de diversas fuentes calificadas para lograr frenar el ataque de las ROS de manera preventiva. Hagamos un breve repaso de algunos de sus componentes.

  • Extracto de pepitas de uva. Los flavonoides de la uva roja (Vitis vinifera L.) incluidos los flavan-3-oles, los flavonoles y las antocianinas ejercen actividades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Extracto de té verde. Los compuestos polifenólicos que se encuentran en los extractos de té verde actúan sobre el fotoenvejecimiento y tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios muy poderosos. Estas sustancias tienen el potencial de mejorar varias características de la piel fotoenvejecida, específicamente el adelgazamiento epidérmico, la degradación del tejido conjuntivo dérmico y la hiperpigmentación.
  • Extracto de bayas de Goji. El extracto de la baya de Goji es conocido como una de las fuentes más ricas de vitaminas y de otros nutrientes. Contiene más de 18 aminoácidos diferentes y vitaminas como la B1, B2, B6, C y E, todos ellos potentes antioxidantes que juegan un papel en la prevención del envejecimiento de la piel.
  • Ácido Alfa Lipoico. El ácido alfa lipoico es un antioxidante que se produce de forma natural en el cuerpo y también se encuentra en los alimentos. Es soluble en grasa y en agua y regenera la vitamina E y C de manera que éstas permanecen activas durante más tiempo. Protege las mitocondrias (las centrales energéticas de las células) aporta energía y mejora las membranas celulares.
  • Extracto de maíz morado. El extracto de maíz morado contiene fitonutrientes, enormes cantidades de fenoles, y antocianinas, que son sinónimo de actividad antioxidante. Las antocianinas son un tratamiento útil para las patologías en las que la producción de radicales libres es clave.
  • Beta-caroteno. El extracto de algas verdes contiene un complejo carotenoide, betacaroteno y luteína. Los carotenoides se convierten en vitamina A en el cuerpo y actúan como antioxidantes. Las propiedades fotoprotectoras y antioxidantes del beta-caroteno reducen la formación de los eritemas de la piel provocados por los UVB.

Además de los ingredientes mencionados, CellMatrix ofrece cantidades efectivas de vitaminas E y D3, magnesio, zinc, cromo, cobre y selenio.

 

Conclusión

Que la radiación solar produce fotoenvejecimiento es un hecho probado desde hace ya muchos años. Pero más allá de la protección por motivos estéticos, en Salengei siempre tratamos de proteger vuestra salud. Es por ello que creemos que CellMatrix proporciona una cantidad más que suficiente de antioxidantes que suman sus acciones para hacer frente a los radicales libres que afectan nuestro organismo en general, pero más que nada a la piel, especialmente en esta época del año. Si con tan solo dos comprimidos diarios podemos brindar protección de calidad, pues nosotros decimos ¿por qué no?

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