Estrés provocado por la pandemia COVID-19

En este post el Dr. Hernán sobre el estrés provocado por la pandemia del COVID-19 tratamos  cuales han sido los detonantes, los agravantes y por supuesto nuestra colaboración para mejorarlo.
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Hola estimados amigos del blog de Salengei, hoy nos adentraremos en un tema que afecta y nos afecta como sociedad global y del que recién estamos descubriendo la punta de un inmenso iceberg. Nos referimos al estrés provocado por la pandemia del COVID-19.

En las próximas líneas nos pondremos al corriente acerca de cuáles son los detonantes, cuáles son los agravantes y por supuesto nuestra colaboración para mejorarlo.

 

Síndrome COVID-19

Como es lógico, tras pasar una pandemia, el miedo permanece. Incluso mucho tiempo después de haber controlado la enfermedad. Por ejemplo esto sucedió en el siglo pasado durante la famosa Gripe Española. Pasado un tiempo de la pandemia, la gente seguía sintiendo pánico de salir a la calle. Además, se desconfiaba de cualquier cosa que pudiera contagiarlos.

Las conceptualizaciones recientes de la angustia relacionada con COVID-19 son estrechas y unidimensionales. En el caso actual, las preocupaciones se centran principalmente en el miedo a la infección. Especialmente a las diferentes maneras en que cada organismo pueda reaccionar.

El trastorno de estrés COVID, que se considera un trastorno de adaptación relacionado con la pandemia.

Investigaciones recientes han identificado un trastorno de adaptación relacionado con la pandemia COVID-19. Se denomina Síndrome COVID-19 y consta de cinco elementos interrelacionados:

  1. Miedo a la infección por SARSCoV2 y a entrar en contacto con objetos o superficies contaminadas con el coronavirus (fómites)
  2. Temor a los impactos socioeconómicos de la pandemia
  3. Temor a los extranjeros por temor a que se infecten
  4. Control compulsivo y búsqueda de tranquilidad relacionados con la pandemia
  5. Síntomas de estrés traumático relacionados con la pandemia.

El Síndrome COVID-19  se caracteriza por malestar clínicamente significativo y deterioro del funcionamiento. Es el trastorno de estrés COVID, que se considera un trastorno de adaptación relacionado con la pandemia.

https://doi.org/10.1007/s11920-021-01226-y

 

El estrés que se fue transformando

En un primer momento, a mediados de marzo del año pasado, el mundo se despertó con una noticia abrumadora, la enfermedad era global y avanzaba a pasos agigantados.

El primer temor fue relacionado a quedarse sin los víveres necesarios para subsistir durante el encierro ordenado por los gobiernos.

A medida que fue pasando el tiempo, el estrés fue tomando otras connotaciones y pasó a la fobia relacionada al encierro. Las personas acostumbradas a solamente pernoctar en sus casas, debieron hacer frente a una nueva costumbre obligatoria de la noche a la mañana: quedarse en sus casas las 24 horas del día. Como era de esperarse, los casos de fobias se dispararon y los divorcios estuvieron a la orden del día.

Cuando se comenzaron a flexibilizar las medidas, los casos que aumentaron fueron los de agorafobia. Tras varios meses de encierro, muchas personas desarrollaron un incipiente miedo a los espacios abiertos. Para empeorar las cosas, el tema se potenciaba si esos espacios concentraban a grupos de personas, lo que suponía un mayor riesgo de contagio.

“Fobia relacionada al encierro y posteriormente agorafobia.”

 

 

Consecuencias del estrés de la pandemia

En general, los estudios informan que la reclusión, la pérdida de la rutina habitual y la reducción del contacto social y físico con otras personas conllevan efectos psicológicos negativos. Entre ellos se incluyen cambios o pérdidas de los hábitos de salud, de autocuidado y de relaciones.

“La reclusión, la pérdida de la rutina habitual y la reducción del contacto social y físico con otras personas conllevan efectos psicológicos negativos.”

 

También pueden aparecer síntomas de estrés postraumático, síndromes confusionales y trastornos del humor, trastornos por ansiedad excesiva y trastornos de conducta que pueden persistir hasta meses o años después.  DOI: 10.3201/eid1007.030703

Tal es así que la Red PsyPan, que está compuesta por científicos y médicos de salud mental de universidades de Canadá y Estados Unidos, ha desarrollado un algoritmo online para predecir el fenómeno. En este sitio web se proporcionan herramientas de detección anónimas en línea para ayudar a identificar los síntomas del estrés y la angustia general relacionados con COVID-19. Estas herramientas están destinadas a educar y no para proporcionar un diagnóstico clínico: www.coronaphobia.org

Karestan Koenen, profesora de epidemiología psiquiátrica de Salud Pública de Harvard explica: “Cuando se ven respuestas extremas es porque la gente siente que su supervivencia se ve amenazada y necesita hacer algo para sentir que tiene el control”.

Como ya comentábamos en otro artículo sobre los orígenes del estrés, el objetivo principal es protegernos de peligros externos que suponen una amenaza para nuestra supervivencia. Cuando estos estímulos se perpetuán en el tiempo, aparecen las consecuencias patológicas.

Dentro de estas consecuencias, no solo se cuentan las emocionales, psicológicas y psiquiátricas, sino que el exceso de estrés también trae aparejadas otras enfermedades sistémicas entre las que se cuentan el infarto agudo de miocardio, Alzheimer, diabetes, hipertensión arterial y problemas digestivos, solo por nombrar algunas. 

 

¿Cómo ayuda las vitaminas del grupo B al sistema nervioso?    

Las vitaminas del grupo B pueden ayudar a aliviar los síntomas asociados al estrés, el cansancio y la fatiga:

  • Mantenimiento normal de la visión: B2.
  • Disminución del cansancio y la fatiga: B2, B3, B5, B6, B9 y B12.
  • Funcionamiento normal del SN: B1, B2, B3, B6, B8, y B12.
  • Función psicológica normal: B1, B3, B6, B8, B9 y B12.

Estas vitaminas están relacionadas funcionalmente y cooperan en la síntesis de proteínas, lípidos, ácidos nucleicos, producción de energía y defensa inmunológica. También ejercen numerosos efectos sobre la función cerebral

“Vitaminas B ejercen numerosos efectos sobre la función cerebral.”

 

Por otro lado, los beneficios del aceite de pescado que brindan los DHA, ya los hemos profundizado en nuestro artículo sobre la edición especial de omega-3 y DHA. Como resumen del post podemos decir que el DHA contribuye a mantener la función normal del cerebro y de la visión.

Estos nutrientes esenciales son secuestrados de la dieta y actúan como coenzimas en varios procesos. Generalmente, las vitaminas del grupo B se sintetizan en plantas con una excepción, la cobalamina, que es abundante en la carne roja y es sintetizada por bacterias.

Se demostró que cada vitamina B participa en la respuesta contra el estrés oxidativo, el más notable se expresa como degradación de la homocisteína. https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.113.001886

Y por último cabe destacar el papel fundamental de la vitamina E. Varias investigaciones han sugerido la eficacia de la vitamina E en la prevención de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares al actuar como un potente antioxidante, especialmente a nivel de las beta-oxidación de las grasas. DOI: 10.1056

 

Conclusión

El estrés ya formaba parte de la extensa lista de enfermedades “modernas” y que provocaban inmensos gastos en los sistemas de salud. Con el advenimiento de la pandemia de COVID-19, las cosas se pusieron peores aún. Se vio un incremento en los casos de estrés relacionados con las medidas establecidas por los gobiernos para paliar la situación de extrema gravedad que se estaban viviendo.

ACTIVE STRESS CONTROL es un complemento rico en Omega-3 procedentes de aceite de pescado de extracción en frío (76% DHA en forma de triglicéridos) y vitaminas del complejo B. Con respecto a las vitaminas del complejo B, éste comprende ocho componentes:

  • Tiamina (B1)
  • Riboflavina (B2)
  • Niacina (B3)
  • Ácido pantoténico (B5)
  • Piridoxina (B6)
  • Biotina (B7)
  • Ácido fólico (B9)
  • Cobalamina (B12)

 

Active Stress Control está indicado para aliviar los síntomas asociados al estrés, el cansancio y la fatiga.”

Como siempre, desde Salengei alentamos las buenas prácticas de salud y los hábitos que ayudan en la minimización y prevención de las enfermedades. Pero a veces eso no basta y la toma de complementos que ayuden a regular las reacciones enzimáticas propias del organismo, es primordial.

Esperamos que este artículo haya sido de vuestro agrado y nos reencontramos en nuestra próxima entrega. Como siempre, os leemos en los mensajes de correo y a través de nuestras redes sociales. ¡Hasta pronto!

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