EPA como antiinflamatorio

Los ácidos grasos omega-3, y en particular el ácido graso eicosapentanoico (EPA), han sido objeto de un creciente interés en la investigación científica debido a sus potenciales efectos como agentes antiinflamatorios. En este artículo revisaremos la evidencia científica acumulada sobre los beneficios de los EPA en la reducción de la inflamación y su aplicabilidad en contextos clínicos, como las intervenciones realizadas con complementos.
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Los ácidos grasos omega-3, y en particular el ácido graso eicosapentanoico (EPA), han sido objeto de un creciente interés en la investigación científica debido a sus potenciales efectos como agentes antiinflamatorios. En este artículo revisaremos la evidencia científica acumulada sobre los beneficios de los EPA en la reducción de la inflamación y su aplicabilidad en contextos clínicos, como las intervenciones realizadas con complementos. Esperamos que podáis disfrutar de este interesante artículo.

 

La inflamación

La inflamación es una respuesta biológica fundamental que el cuerpo utiliza para defenderse contra lesiones y enfermedades. Sin embargo, la inflamación crónica se ha asociado con una serie de enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes tipo II y los trastornos autoinmunitarios.

El proceso inflamatorio tiene como objetivo la destrucción de patógenos y la posterior reparación de los tejidos ayuda a restaurar la homeostasis en sitios afectados o dañados. Normalmente, en la inflamación aguda, existe un enrojecimiento inicial, hinchazón, calor, dolor y pérdida de función, e implica interacciones entre muchos tipos de células, la producción y respuestas a una serie de mediadores químicos

Cuando se produce una respuesta inflamatoria, normalmente está regulada de tal forma que no cause daño excesivo al huésped, sea autolimitada y se resuelva rápidamente. Esta autorregulación implica la activación de mecanismos de retroalimentación negativa como la secreción de mediadores antiinflamatorios, la inhibición de cascadas de señalización proinflamatorias, la eliminación de receptores de mediadores inflamatorios, y activación de células reguladoras. 
https://doi.org/10.1007/s11515-011-1123-9

Cuando estos mecanismos se controlan adecuadamente, las respuestas inflamatorias reguladas son esenciales para mantener la comentada homeostasis. La inflamación patológica implica una pérdida de tolerancia y/o de procesos reguladores. Cuando se vuelve excesiva, pueden producirse daños irreparables a los tejidos del huésped y enfermedades. Independientemente de la causa de la inflamación, la respuesta implica cuatro eventos principales:

  • · Un aumento del suministro de sangre al sitio de la inflamación.
  • · Aumento de la permeabilidad capilar causada por la retracción de las células endoteliales. Esto permite que moléculas más grandes, que normalmente no son capaces de atravesar el endotelio, lo hagan y, por lo tanto, suministran mediadores solubles al sitio de la inflamación.
  • · Migración de leucocitos desde los capilares al tejido circundante. Esto se ve favorecido por la liberación de quimiotácticos desde el lugar de la inflamación y por la regulación positiva de las moléculas de adhesión en el endotelio. Una vez en el tejido, los leucocitos se desplazan al lugar de la inflamación.
  • · Liberación de mediadores de los leucocitos en el lugar de la inflamación. Estos pueden incluir mediadores como prostaglandinas, leucotrienos, citocinas, especies reactivas de oxígeno, histamina y enzimas como las proteasas de la matriz. La sustancia liberada dependerá del tipo de célula involucrada, la naturaleza del estímulo inflamatorio, el sitio anatómico involucrado y la etapa durante la respuesta inflamatoria. 

Los mediadores indicados más arriba desempeñan un papel en la defensa del huésped como norma general, pero cuando se producen de manera inapropiada o no regulada pueden causar daños a los tejidos del huésped y provocar enfermedades, especialmente de tipo crónico.

Varios de estos mediadores pueden darse cita para amplificar el proceso inflamatorio actuando, por ejemplo, como quimiotácticos. Algunos de los mediadores inflamatorios pueden escapar del sitio inflamatorio hacia la circulación y desde allí ejercer efectos sistémicos. Por ejemplo, la citoquina interleucina (IL) -6 induce la síntesis hepática de la proteína C reactiva de fase aguda, mientras que la citocina factor de necrosis tumoral (TNF) -α provoca efectos metabólicos en el músculo esquelético, el tejido adiposo y el hueso. DOI:10.1017/S0007114509377867

 

Indagando más acerca de los ácidos grasos

Generalmente, los ácidos grasos omega-6 (por ejemplo, el ácido araquidónico) promueven la inflamación, mientras que los ácidos grasos omega-3 (como el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico) tienen propiedades antiinflamatorias. Los ácidos grasos omega-3 amortiguan la inflamación a través de múltiples vías.

Si quieres leer acerca de los ácidos grasos omega-3 en forma pormenorizada, os recomendamos hacer clic aquí, y podrán leer un poco más en uno de nuestros anteriores posteos. 

Por un lado, los ácidos grasos omega-3 inhiben la formación de eicosanoides proinflamatorios derivados de los ácidos grasos omega-6 como la prostaglandina E2 y el leucotrieno B4 y, por otro lado, estos ácidos grasos pueden formar varios mediadores lipídicos antiinflamatorios potentes llamados resolvinas y protectinas. Estas sustancias, actuando en conjunto, suprimen directa o indirectamente la actividad de los factores de transcripción nuclear, como NFκB, y reducen la producción de enzimas y citocinas proinflamatorias, incluidas la COX-2, el factor de necrosis tumoral (TNF)-α y la interleucina (IL)-1β.

La evidencia acumulada respalda el uso de los Omega-3 EPA como coadyuvantes en el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas. Se ha observado que la suplementación con estos ácidos grasos poliinsaturados puede reducir los niveles de marcadores inflamatorios en pacientes con artritis reumatoide, enfermedad de Crohn y otras enfermedades autoinmunitarias. Además, se ha demostrado que los omega-3 pueden tener un papel beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares al reducir la inflamación vascular. https://doi.org/10.1016/j.ejphar.2015.08.050

 

Influencia de los ácidos grasos poliinsaturados en las células inflamatorias

Los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) pueden influir en la función de las células inflamatorias y, por tanto, en los procesos inflamatorios, mediante diversos mecanismos.

Los AGPI no esterificados pueden actuar directamente sobre las células inflamatorias a través de receptores de ácidos grasos superficiales o intracelulares; estos últimos pueden incluir factores de transcripción como los receptores activados por proliferadores de peroxisomas (PPAR).

Además, se pueden oxidar -enzimática o no enzimáticamente- y los derivados oxidados pueden actuar directamente sobre las células inflamatorias a través de receptores de superficie o intracelulares; la oxidación puede ocurrir en la forma esterificada o no esterificada en lípidos más complejos, incluidos los circulantes o fosfolípidos de membrana celular y lipoproteínas intactas tales como lipoproteínas de baja densidad (LDL).

Los AGPI se pueden incorporar a los fosfolípidos de las membranas celulares inflamatorias (como se describe anteriormente). Aquí desempeñan funciones importantes asegurando el entorno correcto para la función de las proteínas de la membrana, manteniendo la fluidez de la membrana e influyendo en la formación de balsas lipídicas. https://doi.org/10.1146/annurev-nutr-080508-141205

Los fosfolípidos de membrana son sustratos para la generación de segundos mensajeros como el diacilglicerol y se ha demostrado que la composición de ácidos grasos de dichos segundos mensajeros, que está determinada por la del fosfolípido precursor, puede influir en su actividad.

Además, los fosfolípidos de membrana son sustratos para la liberación intracelular de AGPI no esterificados. Éstos, al ser liberados, pueden actuar como moléculas de señalización, ligandos (o precursores de ligandos) para factores de transcripción o precursores para la biosíntesis de mediadores lipídicos que participan en regulación de muchas respuestas celulares y tisulares, incluidos aspectos de inflamación e inmunidad. 

Active ω3 inmunidad

El complemento desarrollado por Salengei, Active Ω3 Inmunidad, se presenta en forma de perlas y ofrece una valiosa opción para aquellos que desean aprovechar los beneficios de los ácidos grasos omega-3 de manera conveniente y efectiva. Al promover un equilibrio en la respuesta inflamatoria del cuerpo, resultan una valiosa intervención nutricional que serviría de manera preventiva en casos de inflamación crónica.

Al inhibir la formación de eicosanoides proinflamatorios y al promover mediadores lipídicos antiinflamatorios, las perlas de Active Ω3 Inmunidad pueden contribuir a la regulación de factores clave en la respuesta inmune, lo que potencialmente puede tener un impacto positivo en la salud general.

 

Conclusión

Los Omega-3, y especialmente los EPA, a través de su capacidad para modular la inflamación, han demostrado ser prometedores como agentes antiinflamatorios en una variedad de condiciones clínicas. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para comprender completamente sus mecanismos de acción y optimizar su uso clínico.

Mientras tanto, la suplementación con Active Ω3Inmunidad , como parte de una estrategia de tratamiento integral, podría ser una opción valiosa y segura para pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas y trastornos relacionados con la inflamación.

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