DETOXIFICACIÓN, ¿Es recomendable? Efectos de un plan detox
Los procesos de detoxificación –más conocidos como –“detox”- del organismo son bastante complejos y requieren una explicación detallada para una mejor comprensión. En el siguiente artículo, trataremos de enfocarnos en las cuestiones fundamentales para explicar las reacciones que se llevan a cabo en el hígado, que es el principal órgano detoxificador.
Comencemos por la definición: la detoxificación o biotransformación es una serie de reacciones de tipo enzimático que convierten xenobióticos no polares, en sustancias hidrosolubles para que sean más fácilmente eliminadas por orina y heces.
En otras palabras, nuestro hígado será el responsable de librarnos de cualquier sustancia tóxica que pretenda circular por nuestro organismo.
Y una pregunta que nos llega muy frecuentemente es ¿por qué deberíamos hacer tratamientos detox? La respuesta es muy sencilla: porque nuestro hígado se satura con tantos tóxicos.
Recordemos que vivimos en un mundo con muy altos niveles de contaminación y nuestro organismo actúa como un barril. En un principio puede almacenar una buena cantidad de toxinas y seguir funcionando sin alteraciones evidentes, pero cuando se satura la capacidad de almacenamiento y eliminación, comenzamos a ver los efectos negativos.
Las sustancias que se generan por el desarrollo de actividades industriales generan contaminantes y son muy variadas. Algunas de ellas son observadas con mayor preocupación en referencia al medio ambiente y a la salud humana. Es por ello que cuando hablamos de contaminación no solo nos referimos al humo que circula en el aire, sino que hablamos de metales pesados en los peces que consumimos, aldehídos derivados de la combustión incompleta de hidrocarburos, agroquímicos presentes en los alimentos que provienen de la agricultura y la lista sigue…
Además, el hígado también se encarga de los procesos para transformar algunas sustancias internas y tornarlas hidrosolubles con el fin de que puedan ser excretadas. Entre estas sustancias endógenas se cuentan la bilirrubina y las hormonas tanto esteroideas como tiroideas.
Fases de detoxificación hepática
Las reacciones de detoxificación en el hígado se pueden clasificar en dos grandes grupos: la fase I y la fase II.
Las reacciones más representativas de la fase I son catalizadas por el complejo de la Citocromo P450 y son de:
- – Oxidación
- – Reducción
- – Hidrólisis
Mientras que las de la fase II son de:
- – Glucuronidación
- – Sulfatación
- – Conjugación con glutatión
- – Conjugación con glicina
- – Metilación
- – Acetilación.
La adecuada actividad de estas vías depende de la disponibilidad de aquellos nutrientes (cofactores) que intervienen en las reacciones enzimáticas en cada fase.
Como podemos ver, las enzimas de fase I transforman los productos tóxicos en formas intermedias más accesibles para la fase II. Estas formas intermedias son mucho más activas químicamente y, por lo tanto, más tóxicas.
Un efecto secundario importante de esta fase I es la producción de radicales libres. El antioxidante idóneo para neutralizar los radicales libres de la fase I, y que además sirve de plataforma para los procesos enzimáticos de la fase II, es el sistema glutatión que se compone de dos enzimas, La glutatión reductasa y glutatión peroxidasa.
La glutatión reductasa es una enzima que cataliza la reducción del glutatión oxidado a glutatión reducido el cual será utilizado por la glutatión peroxidasa para la reducción del peróxido y de lipoperóxidos, los cuales son especies reactivas del oxígeno. Esta enzima juega un importante papel en la defensa antioxidante y su presencia está altamente extendida en los diferentes tejidos y órganos. La conjugación con glutatión permite detoxificar compuestos electrolíticos como disolventes, herbicidas, fungicidas, hidrocarburos aromáticos policíclicos, peróxidos lipídicos y metales pesados.
Hablemos un poco de genes
Para que las reacciones enzimáticas se lleven a cabo, deberemos expresar genes.
El gen GST M1, está presente principalmente en hígado, pero también en testículos, cerebro y glándula mamaria. Sus sustratos son los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los epóxidos y algunos tintes. Si su actividad es nula, no habrá eliminación de estas toxinas. Como dato importante, podemos decir que el 50% de la población europea posee el genotipo nulo para este gen.
El gen GST P1 se encuentra en cerebro, piel, corazón y pulmones. Sus sustratos son la acroleína –que está presente en los alimentos asados a las brasas y fritos-, el ácido etacrínico que es un edulcorante y en el clorodinitrobenzeno que se utiliza en insecticidas.
Si alguno de los genes que codifican estas isoenzimas no está presente, nuestro organismo no podrá eliminar estas toxinas.
Sería interesante poder hacer un estudio genético que nos pudiera desvelar las variaciones que tenemos en nuestros genes y como nos afecta dicha contaminación ambiental. Estos estudios permiten además saber que pautas nutricionales o de suplementación debemos seguir para hacer que nuestro hígado elimine mejor las toxinas.
Algunos complementos como el Resveratrol es útil en disminuir la actividad de la Fase I y la Papaya Fermentada Immun’Âge, podrían estimular la expresión de las isoenzimas de la Fase II. Este tándem forma parte de esos aliados perfectos capaces de favorecer una mejor detoxificación.
Para nombrar un dato muy interesante, un estudio de la unidad de transplante hepático del Hospital de Victoria, en Australia, detectó que el fallo hepático agudo más frecuente en ese país es por la intoxicación por paracetamol. Y una de las causas más frecuentes es el ayuno, puesto que esta práctica deprime la glucuronización y hace disminuir los niveles de glutatión hepático por lo cual no se puede metabolizar la droga, dejando un residuo altamente tóxico en el organismo que puede llegar a ser muy grave e incluso mortal.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6669190/
La enzima antioxidante más potente
La SOD (superóxido dismutasa) es uno de los antioxidantes endógenos más potentes del cuerpo humano. Cataliza la reacción que inactiva al radical libre superóxido, uno de los más deletéreos y abundantes. En el cuerpo humano existen dos tipos de SOD, la primera se localiza mayormente en el citoplasma celular y tiene como cofactores el cobre y el zinc (SOD Cu/Zn), mientras que el segundo tipo se localiza en la mitocondria y presenta un átomo de manganeso.
Varios estudios coinciden en que la isoforma SOD mitocondrial sería fundamental para la defensa antioxidante celular, pero su papel más relevante podría diferir en función del órgano diana donde actúe. En general, se ha visto que la disfunción mitocondrial que conduce a una interrupción del metabolismo energético parece ser la característica metabólica predominante en el envejecimiento del corazón, mientras que la pérdida de homeostasis proteica sería la característica distintiva del envejecimiento cerebral.
¿Cómo saber si se necesitas eliminar toxinas?
Si hay una sobrecarga de toxinas, nuestro organismo nos alertará con diversas manifestaciones o síntomas bastante inespecíficos, como migraña, astenia o dispepsias, que son síntomas claros de que existe una sobrecarga tóxica y no se pueden realizar las funciones fisiológicas con normalidad.
Entre otros síntomas también frecuentes destacan las alergias, el asma y demás afecciones respiratorias, fatiga sin origen aparente, insomnio, infecciones frecuentes, obesidad, retención de líquidos, pérdida de memoria y concentración, cambios de humor, irritabilidad, problemas en la piel (acné, eczemas…), etc.
Estos síntomas podrían indicar que el organismo está sobrecargado de toxinas que no puede metabolizar por sí solo, por lo que necesita un tratamiento que favorezca y estimule el Drenaje y la Detoxificación.
¿Cómo ayudamos a nuestro hígado en la detoxificación?
El objetivo de una buena detoxificación es lograr un balance entre los procesos de la Fase I y la Fase II.
Complementos como la Papaya Fermentada Immun’Âge contrarrestarían la formación de radicales libres y estimularían la expresión genética de enzimas antioxidantes y formación de interferón gama y liberación de óxido nítrico.
En la Fase I de la detoxificación se crean grupos polares en la misma molécula solubles en agua, Así, un buen plan détox debe incluir un inhibidor de la proactivacion de carcinógenos como el Resveratrol contenido en el Active Resveratrol y en el ACTIVE DETOX.
Luego deberíamos tratar el estrés oxidativo. Y aquí entran en juego los antioxidantes, como por ejemplo la SOD, catalasa y la glutatión peroxidasa. Recordemos que cada individuo presenta necesidades particulares de antioxidantes, pero podremos indicar algunas sustancias que serán parte del pool de precursores de los mismos. Por ejemplo, el Selenio cofactor de la Glutation Peroxidasa o el Zinc cofactor de la SOD, estos minerales los encontramos en el ACTIVE DETOX, que se pueden suplementar en forma de tomas diarias.
Como se usarán cantidades relativamente altas de antioxidantes, será necesario el ácido alfa lipoico para regeneración de las vitaminas C y E. El ácido alfa lipoico también lo encontramos en la formula ACTIVE DETOX.
El objetivo de la Fase II de la detoxificación es añadir una molécula muy soluble en agua, de modo que ambas sustancias puedan eliminarse juntas.
En este caso, la suplementación debe ir dirigida a aumentar los niveles de licopenos, ácidos grasos omega 3, aminoácidos azufrados y precursores del sistema del glutatión como por ejemplo N-acetilcisteína, selenio y ácido alfa lipoico.
Con toda la información disponible, no es raro que nos invadan inseguridades acerca de qué complementos y qué cantidades consumir y/o indicar a nuestros pacientes. Es por ello que os animamos a rellenar el formulario de contacto para poder comunicarnos y juntos resolver dudas e inquietudes.
Sabemos que este artículo no resolverá todas vuestras dudas, pero sinceramente esperamos que haya generado mayor interés para continuar en la búsqueda de mayor información acerca de este tema tan complejo como apasionante. Nos vemos en el próximo posteo.