Sequedad vaginal en la menopausia y el papel de los fitoestrógenos

Descubre cómo los fitoestrógenos pueden aliviar la sequedad vaginal en la menopausia y contribuir al bienestar íntimo femenino de forma natural y segura.
Cada 18 de octubre se celebra el Día Mundial de la Menopausia, una fecha que busca concienciar sobre la salud femenina y los cambios que acompañan a esta etapa vital. Entre ellos, uno de los más frecuentes y menos abordados es la sequedad vaginal en la menopausia, un síntoma que puede afectar profundamente la calidad de vida y el bienestar sexual.
La disminución de estrógenos altera el equilibrio del ecosistema vaginal, provocando molestias, irritación y, en muchos casos, dolor durante las relaciones sexuales. Este fenómeno forma parte del síndrome genitourinario de la menopausia, un conjunto de síntomas que afectan no solo la vagina, sino también la vulva y el tracto urinario inferior.
Hoy revisaremos qué ocurre fisiológicamente, qué evidencia científica existe sobre el uso de fitoestrógenos —como las isoflavonas de soja— para aliviar este síntoma, y qué estrategias complementarias pueden mejorar el confort íntimo femenino durante esta etapa. Comprender lo que ocurre en el cuerpo es el primer paso para recuperar el bienestar y la confianza.
¿Qué ocurre fisiológicamente? Causas de la sequedad vaginal en la menopausia
La menopausia marca el cese definitivo de la función ovárica y una reducción progresiva de los niveles de estrógenos, especialmente del 17β-estradiol, hormona esencial para mantener el trofismo, la elasticidad, la vascularización y la lubricación del epitelio vaginal.
Este descenso hormonal tiene múltiples consecuencias:
- el epitelio se vuelve más fino
- la vascularización disminuye
- el pH vaginal se eleva, pasando de valores normalmente ácidos (en torno a 3,5–4,5) a niveles neutros o incluso alcalinos.
Este cambio favorece la pérdida de lactobacilos, que son bacterias beneficiosas que protegen la zona frente a infecciones.
Como resultado, la mucosa vaginal se va resecando y perdiendo elasticidad. Es allí cuando las mujeres pueden experimentar síntomas como picor, ardor, irritación, sensación de tirantez o dolor en las relaciones sexuales (conocido como dispareunia). Además, la mucosa atrófica es más susceptible a microtraumatismos y a infecciones urinarias recurrentes.
Este conjunto de alteraciones forma parte del síndrome genitourinario de la menopausia, término propuesto para englobar los síntomas vulvovaginales y urinarios asociados al déficit estrogénico. DOI: 10.1097/GME.0000000000000921
La prevalencia es alta, puesto que se estima que entre el 40% y el 60% de las mujeres posmenopáusicas padecen sequedad vaginal en la menopausia o molestias relacionadas, aunque solo una minoría consulta a su médico por vergüenza o por considerarlo parte “natural” del envejecimiento. Sin embargo, la evidencia demuestra que se trata de una condición tratable, con opciones seguras y eficaces. DOI: 10.1097/GME.0000000000001793
¿Qué son los fitoestrógenos y cómo podrían actuar?
Los fitoestrógenos son compuestos naturales presentes en determinadas plantas capaces de unirse, aunque de manera parcial, a los receptores estrogénicos del organismo. Entre ellos destacan las isoflavonas (presentes en la soja y el trébol rojo), los lignanos (semillas de lino) y los cumestanos (brotes de alfalfa).
Su estructura química es similar a la del estradiol, lo que les permite interactuar con los receptores ERα y ERβ, modulando su actividad según el contexto hormonal. A diferencia de los estrógenos sintéticos, su acción es más suave y selectiva, por lo que se consideran moduladores naturales del sistema endócrino.
Además, los fitoestrógenos poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que contribuye a mantener la integridad de los tejidos y a proteger las mucosas frente al daño oxidativo asociado al envejecimiento celular. DOI:10.1093/134.5.1226.
En el caso concreto de la sequedad vaginal en la menopausia, se ha observado que las isoflavonas pueden favorecer el aumento del grosor epitelial y mejorar la lubricación, actuando tanto por vía sistémica como local.
Evidencia científica sobre fitoestrógenos y sequedad vaginal en la menopausia

En los últimos años, numerosos estudios han explorado el papel de las isoflavonas de soja en el tratamiento con fitoestrógenos de los síntomas vulvovaginales.
Una revisión sistemática analizó 10 ensayos clínicos, con un total de 675 participantes y concluyó que las mujeres que recibieron suplementos con isoflavonas experimentaron una mejora significativa en la hidratación vaginal y reducción de la dispareunia frente a placebo. Aunque la magnitud del efecto fue menor que con estrógenos locales, los autores señalaron su utilidad como alternativa segura en mujeres que no pueden o no desean utilizar terapia hormonal. DOI: 10.5468/ogs.24282
Diversas revisiones científicas han evaluado el papel de las isoflavonas de soja en la salud femenina, destacando sus probables efectos beneficiosos durante la menopausia. Un metaanálisis publicado en la prestigiosa revista Nutrients (2019) concluye que estos compuestos vegetales, en especial la genisteína y la daidzeína, actúan como moduladores selectivos de los receptores estrogénicos, ayudando a restaurar el equilibrio hormonal de forma natural. Su ingesta regular se asocia con una mejoría en los síntomas vasomotores, la salud ósea y el trofismo vaginal, además de ejercer efectos antioxidantes y cardiovasculares protectores, posicionándolas como una alternativa segura y bien tolerada frente a la terapia hormonal convencional. DOI: 10.3390/nu11112649
La microbiota intestinal desempeña un papel clave en la eficacia de los fitoestrógenos. Solo algunas personas poseen bacterias capaces de transformar la daidzeína (una isoflavona de la soja) en equol, metabolito con alta afinidad por los receptores estrogénicos. Esta variabilidad individual podría explicar por qué algunas mujeres responden mejor que otras a los suplementos de soja. https://doi.org/10.1093/jn/132.12.3577
Aun así, la evidencia sigue siendo heterogénea y se requieren más estudios controlados que definan dosis, duración y perfil de respuesta.
Seguridad y limitaciones del uso de fitoestrógenos
Los fitoestrógenos son considerados compuestos seguros para la mayoría de las mujeres, especialmente cuando se emplean en dosis nutricionales o terapéuticas moderadas. Sin embargo, existen matices importantes.
En mujeres con antecedentes de cáncer de mama u otros tumores hormonodependientes, el uso de fitoestrógenos debe ser valorado de forma individualizada. Aunque la mayoría de estudios observacionales no ha encontrado un aumento del riesgo de recurrencia, las guías clínicas recomiendan precaución y seguimiento médico.
La variabilidad metabólica —especialmente la capacidad de producir equol— condiciona la respuesta. Además, los suplementos de baja calidad pueden contener concentraciones irregulares o contaminantes. Por ello, es fundamental elegir productos desarrollados por laboratorios con control científico y farmacéutico riguroso.
En general, los fitoestrógenos representan una opción terapéutica segura y bien tolerada, pero deben integrarse dentro de una estrategia médica global que contemple otros aspectos del síndrome genitourinario de la menopausia.
Estrategias para aliviar la sequedad vaginal en la menopausia
El abordaje de la sequedad vaginal en la menopausia debe ser integral y personalizado. A continuación, se resumen las principales estrategias respaldadas por la evidencia:
- Terapia hormonal local: El tratamiento de referencia sigue siendo el uso de estrógenos locales en forma de cremas, óvulos o anillos vaginales. Estos restauran el epitelio, normalizan el pH y mejoran el microbiota. Sin embargo, no todas las mujeres son candidatas o desean este tipo de intervención.
- Lubricantes e hidratantes vaginales: Los productos hidratantes con ácido hialurónico o glicerol proporcionan alivio sintomático, reduciendo la fricción y la irritación. No obstante, su acción es temporal y no revierte los cambios estructurales del tejido.
- Alimentación y fitoestrógenos naturales: Una dieta rica en soja, lino, garbanzos, lentejas y trébol rojo puede aumentar la ingesta de isoflavonas y lignanos, con efectos positivos a medio plazo sobre la salud hormonal y mucosa.
- Ejercicio, hidratación y gestión del estrés: El ejercicio regular favorece la circulación pélvica y el equilibrio hormonal; la hidratación adecuada y la reducción del estrés ayudan a mantener la homeostasis del sistema nervioso autónomo, implicado en la respuesta sexual y lubricación.

Equilibrio y bienestar con Active Menopausia
Active Menopausia de Salengei está formulado para acompañar a las mujeres durante la transición menopáusica, una etapa en la que los cambios hormonales pueden afectar tanto al bienestar físico como emocional. Su composición —a base de isoflavonas de soja, vitamina D, magnesio y antioxidantes celulares— contribuye al equilibrio hormonal, al mantenimiento de las mucosas, al metabolismo óseo y a la reducción del cansancio y la fatiga.
Está especialmente indicado para mujeres que experimentan sofocos, irritabilidad, alteraciones del ánimo o sequedad vaginal en la menopausia, así como para quienes desean cuidar su salud ósea y mantener una buena calidad de vida sin recurrir necesariamente a tratamientos hormonales convencionales.
Se recomienda tomar dos cápsulas al día, preferiblemente junto con las comidas para favorecer su absorción y tolerancia digestiva. Aunque los resultados pueden variar, su uso continuado durante tres a seis meses permite evaluar con mayor precisión los beneficios en el confort y la estabilidad hormonal.
Este complemento alimenticio no debe utilizarse en mujeres embarazadas, en periodo de lactancia ni en menores de 18 años. Tampoco se aconseja su consumo simultáneo con otros productos que contengan té verde si la ingesta total de EGCG (galato de epigalocatequina) supera los 800 mg diarios. Asimismo, se recomienda precaución en personas con alergia a la soja o antecedentes de cáncer hormonodependiente, y siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Cómo retrasar la edad de la menopausia con dieta y estilo de vida
Aunque la edad de la menopausia está determinada en gran parte por la genética, diversos estudios han mostrado que ciertos hábitos pueden influir en su inicio y evolución.
Un estudio longitudinal observó que las mujeres con patrón de dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, pescado azul y legumbres, tendían a experimentar la menopausia más tarde. Los antioxidantes y ácidos grasos omega-3 parecen proteger la función ovárica frente al daño oxidativo. https://doi.org/10.3389/fendo.2022.886824
La actividad física regular también desempeña un papel relevante, ya que favorece la sensibilidad a la insulina, reduce la inflamación sistémica y contribuye al equilibrio hormonal. Por el contrario, el tabaquismo, el exceso de alcohol y el estrés crónico se asocian con una menopausia más temprana.
Asimismo, el sueño reparador y la exposición moderada a la luz solar —fuente natural de vitamina D— influyen positivamente en el eje neuroendocrino. Mantener estos hábitos no solo puede retrasar el inicio de la menopausia, sino también reducir la intensidad de sus síntomas, entre ellos la sequedad vaginal y la pérdida de vitalidad.
La evidencia sugiere que la combinación de nutrición equilibrada, gestión del estrés y ejercicio no solo alarga la esperanza de vida, sino también la calidad de vida reproductiva y hormonal.
Conclusión: Alivia la sequedad vaginal con Active Menopausia
La sequedad vaginal en la menopausia no es un signo inevitable del envejecimiento, sino una manifestación del déficit estrogénico que puede abordarse eficazmente con un enfoque integral. Comprender su fisiología y las múltiples opciones disponibles permite recuperar el confort, la autoestima y la salud sexual.
En el marco del Día Mundial de la Menopausia, esta reflexión cobra especial relevancia: hablar abiertamente de los cambios que acompañan esta etapa es también una forma de cuidar la salud femenina. La información, la prevención y el acompañamiento médico son claves para vivir la menopausia con plenitud, naturalidad, equilibrio y serenidad.
Los fitoestrógenos, especialmente las isoflavonas, representan una alternativa natural y segura dentro del tratamiento con fitoestrógenos del síndrome genitourinario de la menopausia. Su acción moduladora sobre los receptores estrogénicos, junto con sus efectos antioxidantes, ofrece un apoyo relevante tanto en la mucosa vaginal como en el bienestar general.
El acompañamiento médico, la constancia en los hábitos saludables y el uso de suplementos de calidad —como Active Menopausia— pueden marcar la diferencia en esta etapa vital, ayudando a vivir la menopausia con plenitud, equilibrio y serenidad.
Consulta siempre con un profesional de la salud antes de incorporar suplementos.







