Infección de orina en la menopausia: guía completa

Imaginaos que es pleno verano, las tardes se alargan, los días invitan a escapadas improvisadas y las terrazas se llenan de risas y planes. Pero, en medio de todo, aparece …
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Infección de orina en la menopausia

Imaginaos que es pleno verano, las tardes se alargan, los días invitan a escapadas improvisadas y las terrazas se llenan de risas y planes. Pero, en medio de todo, aparece una molestia que no entiende de vacaciones; esa sensación incómoda y urgente de tener que ir al baño una y otra vez y el ardor que acompaña cada visita. No hay nada más inoportuno que una infección urinaria cuando más queremos disfrutar. La infección de orina en la menopausia, es aún más común.

En la menopausia, este problema no solo es más frecuente, sino que a menudo es más persistente y difícil de erradicar. No se trata únicamente de un “molestia pasajera”; la menopausia e infecciones de orina recurrentes están estrechamente relacionadas. Pueden afectar al estado de ánimo, la vida social, la salud sexual e incluso la calidad del sueño. Y, como veremos, la clave para controlarlas no siempre está solo en los antibióticos.

En esta guía vamos a descubrir por qué el riesgo aumenta en la menopausia, cómo influyen los cambios hormonales en la mucosa urinaria, qué hábitos pueden ser aliados (o enemigos) en verano, y qué opciones naturales respaldadas por la ciencia existen para prevenir y manejar estas infecciones. También exploraremos cómo la microbiota vaginal y urinaria juega un papel mucho más importante de lo que imagináis.

¿Por qué aumenta el riesgo de infección urinaria en la menopausia?

Como hemos comentado en otro artículo, durante la menopausia, el descenso progresivo de los estrógenos no solo afecta a los sofocos o al estado de ánimo; también tiene un impacto directo en la salud del tracto urinario y genital. Los estrógenos mantienen la mucosa vaginal y uretral hidratada, flexible y bien nutrida, y favorecen la presencia de lactobacilos —bacterias beneficiosas que forman una barrera natural contra patógenos como Escherichia coli (la principal responsable de las infecciones urinarias).

Cuando estas hormonas disminuyen, la mucosa se adelgaza y pierde su capa protectora, el pH vaginal se vuelve menos ácido y los lactobacilos se reducen. Esto crea un entorno perfecto para que bacterias oportunistas se adhieran, proliferen y migren hacia la vejiga. La infección de orina en la menopausia se convierte entonces en un problema frecuente y difícil de ignorar.

A este factor hormonal se suman otros cambios propios de esta etapa, como:

  1. La disminución de la inmunidad local, debido a que las células defensivas de la mucosa actúan con menor eficacia.
  2. Alteraciones del colágeno y el tejido conjuntivo, ya que la uretra pierde parte de su tono y elasticidad, lo que facilita el ascenso bacteriano.
  3. Mayor predisposición a microlesiones durante las relaciones sexuales, que pueden ser puerta de entrada para bacterias.

Un estudio publicado por el International Urogynecology Journal confirma que las mujeres posmenopáusicas presentan una incidencia significativamente mayor de infecciones urinarias recurrentes en comparación con mujeres premenopáusicas, y que la restauración local de estrógenos y el cuidado de la microbiota son intervenciones efectivas para reducir la recurrencia. DOI 10.1007/s00192-020-04397-z

Verano, menopausia e infecciones urinarias

infección de orina en la menopausia

El verano, con su promesa de días más largos, escapadas y desconexión, trae consigo también una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de infección de orina en la menopausia. Es una época en la que los hábitos cambian, y el tracto urinario puede resentirse más de lo que imaginamos.

  • Más horas en trajes de baño húmedos. Un clásico del verano es el uso prolongado de prendas mojadas, especialmente los bañadores ajustados, que crean un microclima cálido y húmedo en la zona genital, ideal para el crecimiento bacteriano. Este entorno, sumado a la mucosa más frágil en la menopausia, facilita la colonización de bacterias patógenas.
  • Menor ingesta de líquidos. Aunque parezca contradictorio, en vacaciones muchas personas beben menos agua de la necesaria. A veces por no interrumpir actividades o viajes, otras por sustituir el agua por refrescos o alcohol, que no hidratan de manera efectiva. La falta de una buena hidratación concentra la orina y reduce el efecto de “lavado” natural de la vejiga, permitiendo que las bacterias permanezcan más tiempo.
  • Cambios en la higiene y rutinas. Viajar o pasar tiempo fuera de casa modifica la rutina diaria de higiene íntima. Los desplazamientos, baños públicos o la falta de acceso a duchas inmediatas tras actividades acuáticas pueden afectar el equilibrio microbiano local.
  • Mayor contacto con piscinas. El agua tratada con cloro, aunque segura, puede alterar temporalmente la microbiota vaginal y la humedad natural de la mucosa, debilitando las defensas locales. Las alteraciones del pH y la flora vaginal tras la exposición al cloro pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones en mujeres predispuestas.

Microbiota urinaria y vaginal: la primera línea de defensa

Durante mucho tiempo se pensó que la orina era estéril, pero hoy sabemos que existe una microbiota urinaria y vaginal que actúa como barrera protectora frente a las bacterias patógenas. En la menopausia e infecciones de orina, la disminución de estrógenos provoca cambios en el epitelio vaginal, reduciendo el glucógeno y, con ello, las poblaciones de Lactobacillus. Estos microorganismos son clave porque producen ácido láctico, que mantiene un pH ácido y hostil para bacterias como E. coli, una de las principales responsables de la infección de orina en la menopausia.

Una revisión publicada en Climateric, confirma que el desequilibrio en la microbiota vaginal y urinaria se asocia con una mayor incidencia de infecciones recurrentes, especialmente en mujeres posmenopáusicas. https://doi.org/10.1080/13697137.2018.1551871

Factores que alteran la microbiota en verano:

  • Exposición prolongada al cloro o al agua salada, que modifica el pH.
  • Uso de jabones íntimos agresivos o duchas vaginales.
  • Cambios bruscos en la dieta (aumento de azúcares, alcohol y comidas procesadas).


Cómo favorecer su equilibrio:

  • Mantener una hidratación adecuada para estimular el vaciado vesical frecuente.
  • Consumir alimentos prebióticos (espárragos, cebolla, ajo, plátano verde) y probióticos naturales (kéfir, yogur, chucrut).
  • Evitar ropa interior sintética o demasiado ajustada.

Nuestra directora, la Dra. Gloria Sabater, nos recuerda que, “en la menopausia, cada factor que altera la mucosa y la microbiota suma. El verano, con todos sus cambios, no tiene por qué ser un enemigo si somos conscientes y tomamos medidas preventivas. La hidratación constante, el cambio rápido de ropa húmeda y el cuidado de la microbiota vaginal son pilares sencillos pero muy eficaces para disfrutar de las vacaciones sin contratiempos.»

 

Soluciones naturales y específicas para el bienestar urinario en la menopausia

ACTIVE MENOPAUSIA

En esta etapa de la vida, no se trata únicamente de aliviar los síntomas cuando aparecen, sino de adoptar estrategias que actúen de manera preventiva y respetuosa con el equilibrio del organismo. Aquí es donde la ciencia de vanguardia y la fitoterapia de calidad se encuentran para ofrecer alternativas reales.

Active Menopausia es un complemento diseñado para acompañar a la mujer durante la menopausia y el climaterio, ayudando a mitigar síntomas que pueden influir indirectamente en la salud urinaria. Su combinación de isoflavonas de soja, salvia, té verde, resveratrol, azafrán, vitamina E, B2 y D, contribuye a reducir los sofocos, mejorar la calidad del sueño y mantener el equilibrio hormonal, factores que también influyen en la mucosa y el tono muscular del tracto urinario.

Recordad que un organismo más equilibrado, con mejor descanso y menor estrés oxidativo, responde mejor ante las agresiones que puedan provocar infecciones o inflamación.

Por otro lado, CystiPlus® ha sido formulado pensando específicamente en la protección y el cuidado del sistema urinario. Contiene D-manosa, un azúcar simple que, según múltiples estudios, impide la adhesión de Escherichia coli —la bacteria más frecuente en las infecciones urinarias— a las paredes de la vejiga, favoreciendo así su eliminación a través de la orina. Además, su fórmula incorpora arándano rojo americano de alta concentración, que refuerza esta acción antiadherente y aporta un potente efecto antioxidante.

Ambos productos pueden complementarse dentro de una estrategia más amplia que incluya hidratación constante, higiene íntima adecuada y alimentación rica en fibra y prebióticos para mantener una microbiota equilibrada. El objetivo no es solo prevenir la recurrencia de las infecciones, sino también fortalecer el sistema inmunitario y mantener el confort diario, algo especialmente valioso durante los meses más cálidos, cuando los factores de riesgo de infección de orina en la menopausia se intensifican.

Síntomas y señales de alarma

Reconocer a tiempo una infección urinaria en la menopausia es clave para evitar complicaciones. En la menopausia, algunos síntomas pueden confundirse con sequedad vaginal o con irritaciones no infecciosas, por lo que conviene estar atentas a:

  • Micción frecuente con urgencia y escasa cantidad de orina.
  • Ardor o dolor al orinar (disuria).
  • Sensación de presión o pesadez en la parte baja del abdomen.
  • Cambios en el color u olor de la orina (turbidez, olor fuerte).
  • Presencia de sangre en la orina (hematuria).
  • En casos más avanzados: fiebre, escalofríos, dolor lumbar (puede indicar afectación renal).

Señales de alerta que requieren atención médica inmediata:

  • Fiebre alta (≥38 °C).
  • Dolor intenso en flancos o zona lumbar.
  • Náuseas o vómitos asociados a dolor al orinar.
  • Síntomas persistentes más de 48 horas pese a medidas preventivas.
CYSTIPLUS

Prevención durante todo el año

Más allá del verano, la prevención debe ser constante para proteger el tracto urinario:

  • Beber al menos 1,5–2 L de agua al día.
  • Orinar después de las relaciones sexuales para ayudar a eliminar bacterias.
  • Mantener una dieta rica en fibra y prebióticos para la salud intestinal y vaginal.
  • Evitar el uso prolongado de ropa ajustada o sintética.
  • Preferir el aseo íntimo con jabones suaves, sin fragancias y con pH ácido.
  • Realizar controles ginecológicos y urológicos periódicos.

Errores comunes que favorecen las infecciones

  • Interrumpir el tratamiento antibiótico antes de tiempo.
  • Abusar de antibióticos sin cultivo previo, favoreciendo resistencias.
  • Usar duchas vaginales o jabones agresivos que alteran la microbiota.
  • Reducir la ingesta de líquidos por temor a orinar con frecuencia.
  • Ignorar infecciones leves pensando que “pasarán solas”.

Conclusión: La prevención empieza con conocimiento y acción

Cuidar de nuestra salud urinaria en la menopausia no es solamente cuestión de reaccionar ante las molestias, sino de adoptar una mirada preventiva e integrativa que nos permita vivir esta etapa con plenitud. Hemos visto cómo los cambios hormonales, el calor del verano, la microbiota y los hábitos cotidianos pueden influir en la aparición de infección de orina en la menopausia, y cómo pequeños gestos diarios —como una correcta hidratación, una alimentación equilibrada y el apoyo de complementos formulados con rigor científico— pueden marcar una gran diferencia.

Herramientas como Active Menopausia y CystiPlus® no son simples suplementos, sino aliados que, junto con un estilo de vida consciente, nos ayudan a proteger la mucosa urinaria, reforzar el sistema inmunitario y mantener el confort día tras día.

Recordemos que cada elección cuenta. Escuchar a nuestro cuerpo, atender sus señales y ofrecerle el cuidado que merece es una inversión en salud y bienestar a largo plazo.
Consulta con tu especialista y considera incluir soluciones como Active Menopausia y CystiPlus®como parte de tu rutina de cuidado íntimo.

Este contenido está disponible sólo para profesionales

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